La Jornada
Los precios internacionales del petróleo cayeron ayer nuevamente por la creciente incertidumbre relacionada con el nuevo coronavirus y sus efectos sobre el crecimiento económico global, así como por el riesgo de entrar en recesión, socavando la demanda del hidrocarburo, la primera en una década.
La mezcla mexicana de exportación perdió 5.41 dólares y concluyó en 18.78 por barril, desplome de 22 por ciento respecto del viernes pasado (el lunes fue feriado), cuando cerró en 24.19. Son 41 dólares menos que su máximo de este año.
Esta cotización es la menor desde el 20 de enero de 2016, cuando se redujo a 18.90 por tonel.
Más aún: el precio que registró la mezcla se sitúa por debajo de la marca máxima que tuvo a inicios de año, cuando el 6 de enero se vendió en 59.35 dólares por tonel.
La cotización llega a menos de la mitad de la proyectada en el Paquete Económico de 2020, en la cual el gobierno federal contempló que fuera de 49 dólares por barril.
Con base en este precio la Secretaría de Hacienda contrató las coberturas petroleras para este año por un monto de poco más de mil millones de dólares; sin embargo, éstas no cubren el total de las exportaciones y respaldan al gobierno federal, no directamente a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los ingresos petroleros ascienden a aproximadamente 15 por ciento del total que percibe el gobierno, por lo que las bajas cotizaciones le impactan directamente.
El West Texas Intermediate (WTI) bajó 6.1 por ciento, a 26.95 dólares el barril, mientras el Brent del Mar del Norte disminuyó 4.39 por ciento, a 28.73. Ambos tocaron mínimos de 26.63 y 28.5 dólares por tonel, precios no vistos desde febrero del 2016.
Estados Unidos y Canadá, junto con naciones de Europa y Asia, han tomado medidas sin precedente para contener el virus, frenando la demanda de crudo y productos como gasolina y combustible para aviones.
Pero al mismo tiempo Arabia Saudita y Rusia –los grandes productores– han prometido aumentar el suministro y disminuir sus precios.
Las exportaciones de crudo de Arabia Saudita subirán en los próximos meses, superando los 10 millones de barriles por día, ya que el reino planea usar más gas que crudo para generar electricidad, afirmó el Ministerio de Energía saudita este martes.
Además, hay preocupaciones por las acciones de política monetaria y fiscal expansivas que gobiernos y bancos centrales han comenzado a instrumentar.
El mercado espera que en la semana que finalizó el 13 de febrero los inventarios de petróleo estadunidense hayan aumentado en 3.7 millones de barriles.
Baja de petroprecios afectará participaciones
La caída del precio debilitará el crecimiento de algunas transferencias federales a los gobiernos locales mexicanos que están parcialmente financiados con ingresos del petróleo, consideró Moody’s.
Sin embargo, el sector se beneficiará principalmente del fondo de contingencia y, quizá, de los contratos de cobertura en 2020, suavizando el efecto financiero hasta el término del año.
En un reporte, la calificadora internacional de valores aseveró que sin una recuperación internacional del precio del crudo y dadas las expectativas de que la producción no se incrementará significativamente este año, los ingresos petroleros disminuirán en 2020, generando una presión moderada en las finanzas de los estados.
Cabe mencionar que las participaciones federales no etiquetadas representan más de un tercio de los ingresos totales de los estados. Si bien estas transferencias se financian principalmente con la recaudación de impuestos federales, también incluyen los ingresos petroleros, que fluyen hacia el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo.