Jorge Oropeza
Toda contingencia, como la surgida por el COVID-19, provoca que las instituciones alineen sus estrategias para el manejo de la información y unifiquen su discurso.
Ésta es una manera efectiva de buscar estabilidad. En todo esto, toman una altísima relevancia las y los voceros.
La figura de la vocería es aquella que una organización le otorga a una persona para que posea la facultad de hablar en nombre de la institución. Por eso, se dice que las y los voceros dominan el arte de hablar por otros y otras. En la práctica existen cuatro tipos de vocerías: la titular, la general, la eventual y la técnica.
La vocería titular corresponde en automático y de forma natural al dueño, director, líder, gobernante, representante o persona que encabece los esfuerzos de la institución. No requiere nombramiento especial de ningún tipo. Y es que, por ejemplo, cuando habla un Gobernador o Gobernadora evidentemente lo hace en nombre del Poder Ejecutivo de su entidad.
Por otro lado, la vocería general es representada por aquella persona a la que, bajo nombramiento o instrucción específica, la institución le otorga atribuciones para proponer, estructurar, reforzar y ser el canal autorizado para difundir los mensajes de la organización. Muchas veces este vocero o vocera cuenta con el respaldo de un equipo técnico que produce materiales en distintos formatos basados en las líneas discursivas estratégicas. He aquí a las y los titulares de las áreas de comunicación social de las dependencias gubernamentales.
El tercer tipo de vocería es la eventual. Ésta corresponde a aquella persona a la que, por sus competencias o posición, se le habilita exclusivamente para un suceso imprevisto. Se vuelve la voz impuesta para emitir los mensajes oficiales. Éste es el caso de muchas y muchos voceros en el mundo que actualmente cumplen con esa “función política” durante la actual contingencia sanitaria. Así funciona el doctor Hugo López-Gatell en México. Sin embargo, estos personajes pueden o no tener capacidades técnicas específicas para abordar la situación. Y es que su principal función es llenar los vacíos informativos con versiones únicas y genéricas.
Finalmente, están las y los voceros técnicos que son las personas expertas en temas específicos de la institución y que han sido habilitadas por la vocería titular o general para que, en cualquier momento y sin la necesidad de que ocurra un suceso extraordinario, expongan situaciones concretas de forma interna o externa a la organización con el mayor detalle posible.
*Presidente del Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A.C.