Un fabricante estadounidense con una planta en México que reclamó el codiciado estatus de “esencial” para seguir operando fue cerrada en una ‘redada’ del Gobierno destinada a evitar que las fábricas abusen del privilegio, según la Secretaría de Trabajo.
La instalación, ubicada en la ciudad de Santiago de Querétaro, y propiedad de Industrial Automation, dijo en un documento del 5 de abril que estaba autorizada a permanecer abierta para proporcionar suministros a la planta principal y ayudar a construir respiradores. Una semana antes, había dado a unos 100 empleados la opción de seguir trabajando si las actividades se consideraban esenciales, diciendo que tenía un proyecto con General Motors, que está construyendo respiradores.
Pero GM dijo que nunca tuvo un acuerdo de compra para las piezas de respiradores de la fábrica de Industrial Automation, y tres trabajadores dijeron a Bloomberg News que la planta seguía produciendo componentes regulares para la industria automotriz. El decreto considera que el equipo médico es esencial, pero las piezas de automóviles no.
El 4 de mayo, la Secretaría de Trabajo federal cerró la planta después de no encontrar “evidencia” de que la unidad fabricara piezas de respirador, según un comunicado de la agencia. La Secretaría dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que miles de auditorías se han centrado recientemente en inspeccionar los lugares de trabajo con actividades esenciales para verificar que están implementando medidas de seguridad y salud.
La auditoría de la fábrica de Industrial Automation implicó una inspección de varias horas, luego de la cual los inspectores de la agencia dijeron a los empleados de la planta que se fueran a sus casas, cuenta uno de los trabajadores. Los empleados entrevistados para este artículo, que pidieron no ser identificados por temor a represalias, dijeron que nunca se quejaron ante las autoridades, y uno dijo que sí vio que se fabricaban algunas piezas de respirador en un momento.
Industrial Automation, de propiedad privada, no respondió a múltiples solicitudes de comentarios tanto a su unidad local como a su sede en Rochester Hills, Michigan. Si bien GM dijo que no tiene una orden de compra con la compañía para las piezas de respirador, ni el fabricante de automóviles estadounidense ni Bloomberg News pudieron verificar de forma independiente si Industrial Automation estaba suministrando componentes a un tercero. GM recibió en marzo la orden del presidente Donald Trump de comenzar a construir respiradores para pacientes con COVID-19.
El cierre subraya las dificultades que enfrentarán las entrelazadas cadenas de suministro mundiales, a medida que algunas naciones buscan reabrir sus economías justo cuando otras comienzan a sentir el peso de la pandemia. México aún está intensificando los esfuerzos para contener el virus y controlar la propagación de infecciones. El recuento oficial establece que las infecciones son menos de 30 mil, con alrededor de 2 mil 960 muertes, aunque la tasa de pruebas se encuentra entre las más bajas de América.
El problema para las empresas de ambos lados de la frontera es que EU y México no están de acuerdo sobre cómo definir una empresa o servicio “esencial”. El Gobierno federal de Estados Unidos ha considerado esenciales a los “trabajadores críticos para la fabricación, la distribución, la venta, el alquiler, el arrendamiento, la reparación y el mantenimiento de vehículos y otros equipos de transporte”. La restricción está dando a las compañías estadounidenses un claro recordatorio de su dependencia de los insumos y los proveedores mexicanos.
Los proveedores de automóviles representan el 27 por ciento de las compañías que han ignorado la orden de cierre expedida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el 31 de marzo, según la secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde.
Los productores de automóviles están sintiendo presión para que las plantas vuelvan a funcionar para la reapertura económica de EU, dijo Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Wilson en Washington, y añadió que el sentimiento es que si las plantas mexicanas no vuelven a abrir, las compañías estadounidenses buscarán piezas en otros lugares.
Si bien no se han reportado casos de COVID-19 en la planta de Industrial Automation, Alcalde dijo la semana pasada que las áreas del país donde las plantas no esenciales han permanecido abiertas han visto más infecciones del virus mortal.
En notificaciones del 30 de marzo, Industrial Automation dio a los trabajadores opciones para las diferentes fases de la emergencia de salud. En la Fase 2, los empleados podían quedarse en casa durante 30 días sin pago o ir a trabajar y seguir ciertas pautas sanitarias. En la Fase 3, podrían quedarse en casa y ganar el salario mínimo, el equivalente a aproximadamente 5 dólares por día en México, o seguir trabajando para construir suministros de respiradores a cambio de un pago completo si la compañía era considerada esencial.
La mayoría eligió regresar. Para ir y venir del trabajo, los empleados llevaban la carta del 5 de abril que decía que IA México, como se conoce a la división, es fundamental para la respuesta del país a la pandemia.
Bloomberg revisó copias de la notificación del 30 de marzo y la carta del 5 de abril.
Para la última semana de abril, la planta había vuelto a la producción normal, según dos de los trabajadores. No está claro cuánto tiempo permanecerá cerrada.
El Financiero