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Desastres como el sismo del martes pasado se afrontarán con las menores transferencias presupuestadas al Fonden de los últimos 10 años. De acuerdo con datos del Presupuesto 2020, se aprobó transferir recursos al Fondo de Desastres Naturales por tres mil 353 millones de pesos, una baja de 11.2% real frente a lo aprobado en 2019.
Este monto presupuestado a transferir sería el más bajo desde 2010, cuando se aprobaron 219 millones.
Al 31 de marzo pasado, el Fonden contaba con un saldo de siete mil 130 millones de pesos y todavía le falta recibir dos mil 515 millones de pesos de los recursos etiquetados de 2020, dado que en enero-marzo ya el gobierno le otorgó 838 millones de pesos.
En tanto, el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), creado en 1985 para ofrecer prevención y atención a la población en caso de desastres naturales, opera este año con el menor monto financiero en 15 años.
Se le aprobaron 143 millones 943 mil 155 pesos este año, una reducción de 28.1% en términos reales frente a 2019 y el monto más bajo desde 2005, cuando se le asignaron 133.5 millones.
DARÁN AL FONDEN LA MENOR CANTIDAD DE RECURSOS EN 10 AÑOS
Los sismos ocurridos el pasado 23 de junio se afrontarán con las menores transferencias presupuestadas hacia el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) de los últimos 10 años.
Datos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 señalan que, vía Ramo 23, se aprobó transferir recursos al Fonden por tres mil 353 millones de pesos, lo que implicó una reducción de 11.2% real frente a lo aprobado en 2019.
Esta cifra representó, además, el segundo año seguido con reducciones de transferencias hacia el fideicomiso.
Con esto, el monto presupuestado a transferir al Fonden sería el más bajo desde 2010, cuando apenas se aprobaron 219 millones de pesos.
Así, para hacer frente a los daños de los recientes sismos en el centro y sureste del país, y que afectó en particular a Oaxaca, el Fonden contaba con un saldo de siete mil 130 millones de pesos al 31 de marzo de este año.
Además, todavía le falta recibir dos mil 515 millones de pesos de los recursos etiquetados de 2020, puesto que en enero-marzo ya el gobierno otorgó 838 millones de pesos.
SOBREGASTO
Un detalle que resaltan los informes trimestrales de las Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda es que, en todos los años, las necesidades de gasto del Fonden han sido mayores a los recursos aprobados en los respectivos Presupuestos de Egresos de la Federación.
Por esta razón, siempre se reporta que el gobierno, vía el ramo 23, termina transfiriendo mayores recursos a los presupuestados al fideicomiso.
Con estos mayores recursos transferidos al Fonden que los presupuestados, el fideicomiso siempre ha logrado tener saldos positivos al final de cada ejercicio fiscal.
Además, los recursos resguardados en el Fonden generan rendimientos financieros. En promedio, estos rendimientos han sido de 523 millones de pesos cada año entre 2005 y 2019.
¿DESAPARECERLO?
En mayo pasado, Dolores Padierna, diputada federal por Morena, presentó una iniciativa de ley para extinguir el Fonden y otros 43 fideicomisos de la Administración Pública Federal.
Su argumento fue que era necesario usar los recursos de dichos fondos para hacer frente a la emergencia sanitaria ocasionada por el covid-19, además de que explicó que la mayoría de los fideicomisos carecían de la suficiente transparencia y rendición de cuentas en su operación.
Sin embargo, en su reciente Evaluación de Procesos del Fonden, el Colegio de México explicó que este fideicomiso es el único instrumento financiero o programa que tiene el Estado mexicano para atender a la población afectada por un desastre natural perturbador.
Explicó también que la normatividad describe bien los procedimientos para los dos grandes macroprocesos del Fonden, que son la atención de emergencias y la reconstrucción.
Finalmente, el Colegio de México manifestó que el principal reto a corregir del Fonden es que en él intervienen varias instancias federales y estatales, y por tanto se debe mejorar la coordinación entre instituciones y órdenes de gobierno.
Dijo que también se debe corregir en la normatividad que no hay una fecha establecida y vinculante para la liberación y entrega de recursos financieros para las labores de reconstrucción cuando ocurren siniestros, por lo que esta labor suele tomar mucho tiempo.
TAMBIÉN SE LE REDUJERON RECURSOS AL SISTEMA NACIONAL DE PROTECCIÓN CIVIL
El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), creado en 1985 con el fin de ofrecer prevención y atención a la población en caso de desastres naturales en México, está operando este año con los recursos financieros más bajos en 15 años.
El Presupuesto de Egresos de la Federación estableció que a dicho sistema se le aprobaron 143 millones 943 mil 155 pesos este año, lo que implicó una reducción de 28.1% en términos reales frente al Presupuesto de 2019.
Así, en el contexto de los sismos del pasado 23 de junio el monto aprobado en 2020 para el Sinaproc implicará el tercer año seguido con reducción presupuestal, además de que sería el monto más bajo desde 2005, cuando se asignaron 133.5 millones de pesos.
Además, el monto aprobado para el Sinaproc este año es 71.2% inferior al máximo presupuesto otorgado al organismo, que fueron 500.1 millones de pesos para el ejercicio fiscal 2012.
Cabe resaltar que, para este año, el gobierno federal decidió que el Sinaproc formara parte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en lugar de la Secretaría de Gobernación.
Según la dependencia que dirige Alfonso Durazo, el Sinaproc tiene como misión “ofrecer prevención, auxilio y recuperación ante los desastres a toda la población, sus bienes y el entorno, a través de programas y acciones” en México, país considerado de los más vulnerables en cuanto a sismos, huracanes y otros fenómenos climáticos.
Dentro de las tareas del Sinaproc están las de coordinarse con las unidades estatales de Protección Civil para las tareas de prevención y atención de desastres, y la operación del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Éste último tiene como funciones formar recursos humanos a través de la Escuela Nacional de Protección Civil, actualizar el Atlas de Riesgos de México, y realizar monitoreos de la actividad sísmica y volcánica, en conjunto con el Servicio Sismológico Nacional de la UNAM.