Reuters
A mediados de mayo, Ernesto Hernández sintió que el mundo se le vino encima luego de perder su trabajo como promotor de una marca de máquinas de afeitar y desodorantes en un supermercado de Ciudad de México.
Sus opciones no eran muchas en medio de una epidemia que obligó a cesar actividades en gran parte de la economía y que ha dejado más de un millón de desempleados formales en el país. Fue entonces que pensó en sus únicos ahorros: los recursos de su fondo de pensión.
Así, Hernández, quien renta una pequeña vivienda en los suburbios de la capital, inició el trámite para hacer un retiro, ignorando que el proceso suele demorar al menos un par de meses, mucho más de lo que había pensado.
“Me sentí muy frustrado”, recordó el joven de 27 años, quien sigue a la espera de cobrar 8,000 pesos (355 dólares) de su pensión. “Inicialmente había considerado solicitar un préstamo, pero eran pagos semanales y si me llegaba a atrasar con alguno, me iba a endeudar más”.
Como Hernández, cada vez más mexicanos están echando mano de sus pensiones ante la crisis desatada por el coronavirus, que sólo en junio llevó la cifra de retiros a un máximo histórico de 1,856 millones de pesos (82 millones de dólares), según datos de la Consar.
Los fondos de pensión en México permiten a los trabajadores que han perdido su empleo hacer un retiro parcial por hasta tres meses de su último salario o un 11.5% de sus ahorros para la vejez, pero para poder iniciar su gestión se debe tener al menos 46 días sin trabajar.
Aun así, recurrir a las llamadas Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) se ha convertido en una práctica socorrida entre muchos afectados golpeados por la peor crisis económica en casi 100 años, ante la falta de otro tipo de apoyo en el país para hacer frente al creciente desempleo.
Entre marzo y junio, 1.1 millón de puestos de trabajo formales desaparecieron y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que a partir de julio México habría dejado de perder empleos, analistas prevén que la economía local sufrirá una profunda contracción este año.
“El gobierno actual no ha hecho nada al respecto”, dijo Jorge López, socio fundador de Vitalis, una consultoría especializada en pensiones. “Yo celebro que este mecanismo -del retiro por desempleo- ha demostrado su utilidad”.
En países como Perú, el Congreso permitió a los afiliados de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) retirar hasta 3,700 dólares de sus cuentas ante la crisis. El legislativo chileno, aprobó recientemente el retiro del 10% de los fondos de pensión o hasta 5,600 dólares.
“DINERITO EXTRA”
El regulador ha dicho que espera que los retiros sigan creciendo en los próximos meses a medida que trámites rezagados ante la creciente demanda, como el de Hernández, se vayan concretando y más desempleados reclamen el beneficio.
“Es un dinerito extra”, dijo María Huerta, de 44 años, quien hace algunos días recibió 5,000 pesos (222 dólares) de su Afore para hacer frente a los gastos en casa, luego que fue despedida de la maquiladora donde trabajaba.
En junio, el diputado Mario Delgado, de Morena, propuso flexibilizar el proceso para que los empleados que hayan perdido su trabajo en tiempos de crisis puedan retirar casi de manera inmediata recursos de sus cuentas, ante la inexistencia de un seguro de desempleo en la mayoría de entidades del país.
Se espera que la iniciativa sea discutida a partir de septiembre junto con un proyecto de reforma al sistema de pensiones recién presentado por el Gobierno, que busca incrementar la prestación por jubilación.
Sin embargo, la propuesta de simplificar los retiros por desempleo no ha sido bien recibida por algunos expertos que creen que ofrece respuestas de corto plazo a la debacle laboral y terminaría impactando la vejez de muchos mexicanos.
“Es una iniciativa decepcionante”, opinó Gustavo Leal, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. “Es como tirar una gota de agua en una piedra ardiente”.
Por lo pronto, autoridades y representantes del sector descartan que los retiros realizados hasta ahora hayan tenido un impacto en el sistema pensionario del país, que administraba hasta junio unos 4.3 billones de pesos.
La Asociación Mexicana de Afores (Amafore) dijo a Reuters que, según sus modelos, bajo el escenario más pesimista de que dos millones de personas soliciten recursos por la pandemia, el monto total alcanzaría los 26,700 millones de pesos, apenas un 0.6% de los ahorros totales de los trabajadores.