Reforma
La nueva enfermedad de Covid-19 ha terminado con la vida de 51 mil 311 mexicanos, la mayoría de ellos en edad productiva, dejando tras de sí dolor a sus familiares y, en muchos casos, hogares sin el principal sustento económico.
Madres, padres, abuelas, tíos, hermanos, primos han sucumbido al virus SARS-CoV-2 surgido en China en diciembre de 2019 y que hizo su aparición por primera vez en el País el 28 de febrero, al darse a conocer el primer caso positivo.
De los 51 mil 311 fallecidos hasta ayer, de acuerdo con las cifras oficiales, 64.69 por ciento son hombres y 35.31 por ciento mujeres, es decir, casi fallecieron el doble de hombres que de mujeres.
El 99.8 por ciento de las personas fallecidas tiene 15 años o más y dos de tres fallecidos se ubican en el rango de edad que va de los 50 a los 74 años, siendo el grupo que se ubica entre los 60 y 64 años el que más casos en números absolutos tiene, al sumar 7 mil 31.
Conforme a los datos Covid-19 México, difundidos por el Conacyt, la mayoría de los fallecidos padecían comorbilidades: el 43.76 por ciento hipertensión, el 37.9 por ciento diabetes, el 24.62 por ciento obesidad y el 8.09 por ciento tabaquismo.
Sin embargo, una cuarta parte de los fallecidos fueron víctimas del nuevo coronavirus sin que registraran una enfermedad previa, pues el 26 por ciento aparentemente estaban sanos.
De acuerdo con la Plataforma de Información Geográfica de la UNAM sobre Covid-19 en México, por grupo de edad, la población más afectada respecto de la mortalidad provocada por el virus son los mayores de 65 años, que alcanzan una tasa de 217.87 defunciones por cada 100 mil.
Advierten mayor vulnerabilidad
El economista Marcelo Delajara advirtió que el perfil de las personas que han perdido la vida por Covid- 19 en el País es una muestra de que el virus castiga desproporcionalmente a las personas en situación de vulnerabilidad.
De acuerdo con un análisis realizado por REFORMA a partir de las cifras dadas a conocer por la Secretaría de Salud, la mayoría de las muertes por Covid-19 a nivel nacional ocurrieron en personas en edad productiva, del sexo masculino y con al menos una comorbilidad.
El especialista indicó que el hecho de que la mayoría de las muertes presenten este perfil, hace suponer que antes de la pandemia ya se encontraban en una situación de precariedad laboral, misma que se agravará para sus familias tras su fallecimiento.
Esto, agregó, podría retrasar la recuperación de los ingresos familiares, y profundizar la pobreza que hoy afecta a más de la mitad de la población del país.
“Lo que me parece es que, sin duda, el que una familia pierda al jefe de hogar en este rango de edad probablemente sí le hace un daño muy grande a esa familia que ya venía con problemas, entonces la tragedia es doble, porque hay una cierta selección del virus entre comillas, hay una autoselección, una mayor exposición de estos grupos vulnerables, porque no pudieron dejar de trabajar, porque no pudieron aislarse, por la razón que sea. Y ahora resulta que fallecidos, esas familias tienen una doble circunstancia que profundiza su situación de pobreza”, explicó.
Delajara aseguró que en esto la crisis por coronavirus no es diferente a las que se han experimentado anteriormente.
“En crisis del pasado en México y en muchos países de América Latina estas crisis van generando una pobreza muy persistente en la población, es decir, tú tienes una crisis, los más golpeados son los pobres, los que están en el borde, y los que no son pobres, pero son vulnerables caen en la pobreza y esto toma muchísimos años y quizá una generación tener una nueva oportunidad para salir adelante”, advirtió.
Le siguen, en orden descendente, el grupo ubicado entre 60 y 64 años, con una tasa de mortalidad de 151.15 por cada 100 mil; después, los que están entre 55 y 59 años, con una tasa de 116.30; posteriormente los que están entre 50 y 54 años, con una tasa de 80.22.
Respecto del índice de letalidad, los números también evidencian que con edad más avanzada es mayor el riesgo de morir al contraer Covid, para los mayores de 65 años este índice se ubicó en 36.9 defunciones por cada 100 casos positivos para ese grupo de edad.
En el grupo que va de 60 a 64 años, el índice fue de 25.0; en el de 55 a 59 años de 18.0; mientras que en el de 50 a 54 fue de 12.5 por cada 100 casos.