Braskem se lava las manos en torno a los daños a Pemex

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La Jornada

Braskem, filial de Odebrecht, abrió la puerta para renegociar con el gobierno federal el contrato con Petróleos Mexicanos (Pemex) para el suministro de gas etano a largo plazo que el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de leonino.

La empresa brasileña, que junto con la mexicana Idesa integró el proyecto Etileno XXI, también ofreció realizar nuevas inversiones para la construcción de una planta coquizadora, con el fin de resolver la escasez de etano en beneficio de la industria petroquímica nacional.

La compañía dijo a La Jornada que está en la mejor disposición de sentarse a revisar los términos de dicho contrato.

Agregó que confía en que cualquier diálogo con las autoridades se dará en el marco del estado de derecho y la legalidad, condición indispensable para la certidumbre de las inversiones.

En 2010, durante la gestión del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa, Pemex firmó un contrato de largo plazo para suministrarle etano, principal insumo en la industria petroquímica, a precios de descuento hasta de 30 por ciento por debajo del internacional del gas, lo cual implicó pérdidas para la petrolera al comprar caro y vender a precio bajos.

Además, en dicho convenio se establecieron sanciones para Pemex en caso de que no cumpliera con los volúmenes de suministro pactados.

La firma incluso aseguró que está dispuesta a efectuar inversiones para desarrollar una terminal de importación de etano en Coatzacoalcos, Veracruz, contigua a la instalación industrial de Etileno XXI. Esos montos, precisó, pueden ser de entre 150 millones y 200 millones de dólares.

El consorcio, conformado por Braskem e Idesa, rechazó que haya incurrido en alguna práctica de corrupción para obtener el contrato de suministro por 20 años y 15 prorrogables.

Explicó que el acuerdo de suministro de etano con Pemex fue producto de una subasta pública internacional, en la que participaron más de 30 empresas nacionales e internacionales. El consorcio resultó ganador al presentar una propuesta que contaba con las condiciones técnicas y económicas consideradas positivas para la petrolera.

Además, aclaró, la convocatoria de la subasta, que derivó en el contrato entre Pemex y Braskem-Idesa, se efectuó durante 2008 y 2009 (en la administración de Felipe Calderón), de tres a cuatro años antes de los hechos imputados a la constructora Odebrecht en México, presuntamente asociados con Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex (acusado de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita).

El contrato con Pemex, detalló, fue aprobado por el consejo de administración de Pemex Gas, responsable en ese momento, y fue ese consejo el que avaló todos los términos del acuerdo, cuyas principales cláusulas fueron propuestas por Pemex, con anterioridad, para los más de 30 participantes internacionales y nacionales en el proceso selectivo.

En torno a la fórmula para determinar el precio, fue aprobada por la Comisión Reguladora de Energía y es la misma que se aplicó a subsidiarias de Pemex y otras empresas privadas (por ejemplo, el precio de Pemex Transformación Industrial para Petroquímica Mexicana de Vinilos, empresa privada, Braskem-Idesa y Pemex Etileno) un año antes del inicio de la operación de Braskem-Idesa.

Respecto de las multas o penalizaciones que integran el contrato (daños recuperables), dijo que son parte de las cláusulas y son para las dos compañías.

Son ordinarias en cualquier tipo de contrato, expuso, para cuantificar compensaciones a pagar en caso de que una parte no cumpla sus obligaciones de suministro.

La compañía citó los dos acuerdos (individuales) elaborados entre Odebrecht y Braskem con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, los cuales confirman que no hay ninguna mención a hechos de corrupción ocurridos en México por Braskem o Braskem-Idesa.

En el mismo sentido, el Ministerio Público de Brasil dirigió una carta al gobierno mexicano en la cual confirma que no encontró acto alguno irregular de Braskem relacionado con México.

Destacó que Braskem y el consorcio Braskem-Idesa han realizado exhaustivos procesos de investigación interna con abogados independientes, que concluyeron que no había actividad inapropiada o vínculo de éstas con actos de la constructora Odebrecht en México.

La planta Etileno XXI, argumentó, genera importantes beneficios para el país, incluyendo empleos de calidad principalmente en el sureste, así como un importante impacto positivo en la balanza comercial.