Campesinos zapotecas preservan, protegen y fortalecen el maíz zapalote chico en Oaxaca

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Milenio

Campesinas y campesinos zapotecas originarios de Juchitán de Zaragoza y Santa María Xadani en el Istmo de Tehuantepec organizados en la Unión de Artesanos y Campesinos “Tona Taati”, desde hace cinco años conservan, protegen y fortalecen el maíz zapalote chico para evitar el ingreso de maíz híbrido.

El maíz zapalote chico es una de las 59 razas nativas que existen en México y que se adaptó en esta zona de Oaxaca, además tiene la ventaja de que es un cultivo de ciclo corto, es decir a los dos meses alcanza su madurez fisiológica a los 60 días, listo para elote; después de 90 a 100 días alcanza su madurez comercial y enseguida se cosecha para ser usado en la elaboración de una variedad de alimentos tradicionales.

En el Istmo de Tehuantepec este nativo tiene un valor alimentario muy importante, con los granos se prepara una variedad de alimentos tradicionales como los tamales, el atole, el pozol, guetabingui, moles y los singulares totopos, alimento básico que elaboran las mujeres indígenas artesanalmente y se deshidrata severamente en hornos de comixcal a altas temperaturas, siendo el principal sustento económico de las familias campesinas.

Para su preservación y fortalecimiento, se organizaron, coordinados por Tomás Chiñas Santiago, bajo la asesoría de José Manuel Cabrera Toledo, investigador del TNM de Comitancillo, impulsan el mejoramiento del maíz zapalote chico mediante el método de selección masal, incrementando sustancialmente el rendimiento por unidad de superficie, pasando de 1.5 tonelada por hectárea a tres toneladas, además de mejorar la calidad y aumentar su valor alimenticio.

Rosario del Carmen Carrasco es una joven mujer campesina e ingeniera de profesión quien junto con su padre forman parte de esta agrupación que viene cultivando más de 20 hectáreas de maíz zapalote chico mejorado.

Rosario heredó de su padre el amor al campo, y a pesar de que concluyó una carrera, toda su vida la ha dedicado a cultivar, sin embargo, reconoce que con este proyecto de la siembra orgánica, el maíz que se obtiene es de mejor sabor y calidad, porque no se usan agroquímicos y lo mejor cuenta con una técnica de mejoramiento.

Los productores de esta agrupación dividen sus semillas, el 50 por ciento lo destinan a un banco de semillas que reproducen en cada ciclo agrícola, mientras que otro 50 por ciento lo usan para venta y consumo obteniendo alimentos como moles, tortillas, tamales y atole.

“Lo que hacemos es preservar nuestro maíz, pero queremos que sea más fuerte, que su valor de rendimiento beneficie a la alimentación y el campo, esa es una forma de defensa que usamos para evitar el ingreso de maíz híbrido, que sabemos que se siembra en la zona clandestinamente y que hemos denunciado en varias ocasiones ante la Sader (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural)”.

Producir en grandes volúmenes sólo si hay infraestructura adecuada y se respete el medio ambiente

En el marco del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) se está trabajando una propuesta piloto para que este grupo de campesinos aumente su producción a mil 500 hectáreas que beneficiará a 500 campesinos zapotecas de Juchitán y Xadani a fin de fortalecer el cultivo del maíz zapalote chico y protegerlo, evitando la presencia de otras variedades de maíz comercial.

El coordinador de la organización de campesinos Tona Taati, Tomas Chiñas Santiago, explicó que la meta consiste en sembrar más de tres mil 500 hectáreas con este proyecto, y aclara que participan en este proyecto impulsado en el marco del CIIT, por Salvador Ibarra Vega, no como “moneda de cambio”, sino porque les están permitiendo proponer las líneas de acción del mismo, de otra manera sería rechazado.

Por otro lado, la Sader y CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) promueven otro proyecto, también en el marco del CIIT, para incorporar al maíz del Istmo de Tehuantepec al mercado globalizado. Se les ha insistido en que no permitirán la introducción de otras variedades de maíz en esta zona porque vendrían a contaminar la genética de nuestro maíz nativo, refirió Chiñas Santiago.

Tomas Chiñas recalcó que es importante y urgente que se mejore la infraestructura productiva, principalmente en la elaboración de totopos, es decir un mejoramiento en las cocinas tradiciones y en los hornos, que se maneje con base a las normas sanitarias vigentes y eso servirá para que los totopos puedan obtener mayor valor agregado y se puedan exportarse y venderse en todo el mundo, porque es un producto que se conserva sin aditivos por más de seis meses y tiene sabor y textura muy aceptado por el mercado gastronómico como producto gourmet.

“Nosotros no somos unos improvisados, tenemos experiencia y conocemos el campo, nuestro fortalecimiento es preservar y conservar nuestro maíz y por supuesto defenderlo y contribuir para que el campo siga vivo, produciendo alimentos sanos y mejorados, por eso es que desde hace cinco años producimos nuestra propia semilla, un maíz con alto valor alimentario y seguiremos haciéndolo, porque sin maíz no hay país”.