Yucatán.com
“Lucho”, un perrito rescatado en noviembre de 2019 tras ser abusado por un hombre en situación de calle, tiene una nueva oportunidad de tener una mejor vida, al lado de la familia que lo adoptó.
Sin embargo, así como muchas otras injusticias en México, el caso de “Lucho” no logró una sentencia justa, pese a que Oaxaca cuenta con un Juzgado Especializado en Protección y Sanción del Maltrato Animal, único en su tipo en América Latina.
Ydaliz Bautista, activista y representante de Huellas de Ayuda, recuerda el caso de este perrito, quien sufrió múltiples abusos por parte de su agresor. Lamenta que, aunque hubo muchos testigos que presenciaron esta situación, las autoridades exigían vídeos o fotografías para una pena más severa.
En vez de eso, el hombre solo recibió unas sanciones administrativas que desconocen si se cumplieron.
El caso de ”Lucho”, sin precedentes
Luego de su rescate, Lucho fue llevado a un hogar y actualmente, la familia que lo acogió asevera que está adaptado tras el proceso de recuperación física y psicológica que vivió.
“Si la justicia no es expedita para los humanos, menos lo es para los animales”, dice la activista, y señala que el juez resolvió sanciones administrativas para el responsable que fue sorprendido en flagrancia.
Las sanciones impuestas en este caso, que fue calificado como un hecho sin precedentes al ser la primera aprehensión y vinculación a proceso que se ejecutó por el delito de zoofilia. La autoridad determinó que:
El agresor de Lucho no podía tener ningún perro con él.
Debía presentarse a firmar cada mes a la Unidad de Medidas Cautelares.
Recibir terapia psicológica a través del DIF.
No podía acercarse a menos de 200 metros de las denunciantes y no podía abandonar el territorio estatal.
“Al tratarse de una persona en situación de calle, luego que el juez resolviera que librara el proceso en libertad, no pudimos asegurarnos que cumpliera con las medidas cautelares que le fueron dictadas. Hasta el momento no tenemos noticias de él”.
La activista agrega que de acuerdo con la decisión del juez, si hubiera reincidencia en el delito, el hombre llevaría el proceso en la cárcel; sin embargo, para que la medida carcelaria sea aplicable, tendría que haber un vídeo como prueba.
