La Jornada
México es uno de los países más peligros de América Latina para el ejercicio del periodismo. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), de 2000 a la fecha se han registrado 165 homicidios de comunicadores en el país, de los cuales 12 han ocurrido en 2020.
Además, de 2005 a la fecha, se han registrado 21 casos de reporteros desaparecidos y de 2006 a la actualidad se han contabilizado 54 atentados a instalaciones de medios de comunicación, la mayoría de las veces son ataques en respuesta a su labor.
Frente a ello, ese organismo nacional y expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamaron a las autoridades correspondientes a investigar de manera diligente y exhaustiva los crímenes contra periodistas y sancionar a los responsables, pues la falta procesamiento de estos crímenes “alimenta un ciclo recurrente de violencia”.
En ocasión del Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, que se conmemora este 2 de noviembre, las relatoras especiales de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Agnès Callamard; y sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, Irene Khan, señalaron que los ataques contra periodistas tienen un solo objetivo: silenciarlos.
Son acosados, amenazados, secuestrados, torturados, encarcelados y procesados judicialmente por exponer la corrupción y el crimen organizado, por informar sobre protestas y por hablar con la verdad respecto al poder. Muchos son desaparecidos o asesinados. Y los perpetradores de estos crímenes rara vez rinden cuentas, censuraron.
“Cuando los gobiernos no llevan ante la justicia a los responsables de dichos ataques, están efectivamente ejerciendo una forma de censura, imponiendo un bozal a quienes se atreven a reportar y silenciando a otros a través del miedo”, señalaron las expertas en un pronunciamiento conjunto.
Enfatizaron que existe un patrón global de impunidad y encubrimiento. “La falta de investigación o procesamiento de los crímenes contra periodistas alimenta un ciclo recurrente de violencia, viola el derecho a la vida y la seguridad física, la libertad de opinión y de expresión y socava la independencia de los medios como un pilar esencial de toda sociedad democrática”.
Consideraron que cuando los esfuerzos nacionales para atender la impunidad en los crímenes contra reporteros están ausentes o son inadecuados, se debe adoptar un enfoque internacional.
“Hacemos un llamado para que se establezca un mecanismo permanente de investigación por parte de las Naciones Unidas. Con la ayuda de expertos internacionales, incluyendo de los Procedimientos Especiales y de los Órganos de Tratado. Este mecanismo debería estar mandatado para asistir en las investigaciones iniciadas por los Estados; buscar información e investigar los crímenes contra periodistas; identificar caminos para la justicia en los niveles nacional, regional e internacional; facilitar procedimientos judiciales independientes; e identificar y apoyar medidas, incluyendo políticas y diplomáticas, para poner fin a la impunidad, prevenir la violencia contra periodistas y promover medidas para incrementar su seguridad”, subrayaron las relatoras.