“Fraude”, insiste Trump; tribunales le aplican reveses

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La Jornada

 A unas 48 horas desde el cierre de casillas todos esperan el conteo final en cuatro estados que determinarán quién ganará la Casa Blanca, pero lo que más asombra es un presidente que exige un alto al conteo y repite falsamente que el país es víctima de un fraude masivo, pero sólo donde él está en peligro de perder.

Trump declaró en conferencia de prensa ayer por la tarde: “no podemos tolerar que nos roben la elección… no podemos permitir que eso ocurra… no permitiremos esa desgracia al país”. Advirtió que habrá cada vez más litigios y que estas disputas legales podrían escalar hasta la Suprema Corte.

Dejó claro que no piensa ceder a la voluntad del pueblo expresada en los votos y que buscará la intervención de la máxima corte nacional, donde acaba de consolidar su mayoría conservadora, y está dispuesto a descarrilar el proceso con acusaciones sin sustento.

Usando la Casa Blanca como sede de campaña –el edificio no le pertenece y supuestamente no debe ser utilizado para actos partidistas (ayer una agencia gubernamental autónoma anunció el inicio de una investigación sobre el uso de la Casa Blanca como centro de operaciones de la campaña)– Trump acusó que la integridad de la elección ha sido dañada por corrupción demócrata.

Acusó falsamente un fraude en todos los lugares donde cree que no le favorecen las tendencias. “Si contamos el voto legal, yo gano… si se cuentan los ilegales, se ve que están intentando robarse la elección”.

El magnate acusó a los demócratas, los grandes medios, los grandes de la tecnología y los grandes donantes de interferir en los comicios. Están intentando robar, amañar una elección, y recordó que ya había advertido que esto sucedería, sobre todo al contar los votos por correo.

Proclamó su triunfo en Pensilvania y Georgia, donde se siguen contando los votos y donde ni las autoridades estatales ni los medios han ofrecido proyecciones. Si pierde uno de ellos es muy probable que será derrotado en la elección nacional.

Se mensaje estaba tan repleto de falsedades que varios de los canales televisivos interrumpieron su transmisión en vivo, explicando que no podían transmitir tanta información incorrecta o engañosa. De hecho, durante los últimos días, Twitter y Facebook han tenido que censurar o por lo menos etiquetar como falsos varios de los mensajes del presidente y sus aliados.

Incluso algunos republicanos condenaron las declaraciones de Trump. No hay defensa de los comentarios del presidente esta noche minando nuestra democracia, afirmó el gobernador republicano Larry Hogan. Tom Ridge, ex secretario de Seguridad Interna del presidente George W. Bush afirmó que “fue una falta de respeto a todo estadunidense que votó seguramente en medio de una pandemia que ha costado 235 mil vidas… Absolutamente vergonzoso. Pero tan predecible”.

Por ahora la estrategia de litigio de Trump no está brindado frutos con los primeros intentos frustrados por jueces. Algunos analistas sugieren que el objetivo de las demandas interpuestas por la campaña de Trump no es ganarlas, sino provocar dudas sobre la integridad del proceso electoral y, según uno, sembrar caos.

Por el lado demócrata, la consigna de Joe Biden y sus aliados es sencilla: que se cuente cada voto. Biden ha repetido que son los votos, y no el presidente, los que deciden una elección. Instó a tener paciencia y aseguró que el proceso está funcionando.

El senador Bernie Sanders, entre otros, ha repetido que “esta eleccion no se acaba cuando Trump dice que se acaba… Ésta es una democracia. Le guste o no a Trump, contamos cada voto”.

El panorama

Georgia y Arizona pueden cambiar el curso de esta elección, pero los márgenes seguían sumamente cerrados anoche.

Pensilvania, donde se esperan resultados este viernes que, si gana Biden, le darían la corona nacional, podría ser sujeto a múltiples demandas legales por republicanos con el objetivo de ponerlo en el limbo.

Nevada, que por ahora se inclina hacia Biden, es otro estado clave, pero que está contando votos con lentitud y no se espera un resultado hasta este viernes, lo más pronto.

Por ahora, si Biden gana Arizona y Nevada, también sería triunfador. Georgia en combinación con cualquiera de los otros tres, igual. Biden necesita sólo 17 votos electorales más.

Trump necesita 56 votos electorales más y, por lo tanto, necesita una combinación de Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y uno de los dos del suroeste.

El segundo distrito legislativo de Nebraska –uno de los pocos estados donde no se otorgan todos su votos electorales al ganador de la mayoría del voto estatal– fue obtenido por Biden, con un voto electoral. Existe la posibilidad, con el margen tan cerrado en el concurso por el Colegio Electoral, que ese voto singular decida la contienda nacional.

Pero con la estrategia de litigio de Trump, la disputa electoral nacional se podría alargar por semanas.

Buscando claves

Aun antes de concluir y coronar al vencedor, analistas, encuestadores, estrategas y activistas políticos ya están tratando de empezar a entender qué paso en esta elección. Tal vez la mayor sorpresa es que la esperanza de los demócratas de motivar y elevar la participación se logró de manera espectacular, con lo que se calcula será la tasa de participación más alta en más de un siglo, pero con lo que no contaron es que esa ola no fue sólo de votos por el demócrata, el cual está llegando a casi 74 millones, sino que también participaron millones más en apoyo a Trump y los republicanos; el magnate se está acercando a 70 millones de votos, 7 millones más que en 2016.

Por otro lado, algunos examinan lo que ocurrió con el voto de diversos sectores, entre ellos el latino. Ese voto podría ser determinante para los demócratas en la elección nacional si Biden gana Arizona y/o Nevada. Pero el sueño de una victoria demócrata sorpresiva en Texas, en parte por el voto latino, se esfumó, y más aún se registró un incremento dramático de apoyo a Trump, sobre todo de hombres latinos de origen mexicano en algunos condados fronterizos.

Finalmente, una vez más cunden las preguntas y las bromas sobre el sistema electoral estadunidense, la existencia del aberrante Colegio Electoral, la ausencia de un sistema de conteo un poco más preciso y moderno, y cómo es que aún no convencen a casi todos de participar en las elecciones; aunque tal vez una explicación es tener enfrente a un presidente que está minando la confianza en todo eso y cuyo grito durante la elección es pongan alto al conteo (https://www.jornada.com.mx/2020/11/05/edito).

Mientras, Wall Street registró un auge por segundo día al pronosticar un gobierno dividido entre los dos partidos con demócratas en la Casa Blanca y republicanos manteniendo el control del Senado, con lo cual se limita la posibilidad de que se promuevan propuestas para elevar impuestos sobre los ricos y la imposición de nuevas normas y regulaciones sobre empresas. Todavía más, algunos darían la bienvenida a un manejo menos errático de la presidencia.

Pero por ahora todo sigue en espera. Si tu elección dura más de 48 horas busca atención médica, aconsejó el cómico y conductor de televisión Jimmy Kimmel.