El Papa Francisco pidió hoy a las naciones en su mensaje de Navidad que compartan las vacunas para tratar el Covid-19, diciendo que no se pueden construir muros de nacionalismo para detener una pandemia que no conoce de fronteras.
En un signo de los tiempos, Francisco envió el tradicional mensaje “Urbi et Orbi” de forma virtual, desde un atril dentro del Vaticano en lugar de la tradicional aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro ante decenas de miles de fieles.
“En este tiempo de oscuridad e incertidumbres aparecen luces de esperanza como la de las vacunas, pero para que estas luces lleven esperanza al mundo entero tienen que estar a disposición de todos”, dijo Francisco.
Y denunció: “No se puede esperar que los nacionalismos cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos. No podemos dejar que el virus del individualismo radical gane y nos deje indiferentes al sufrimiento de los otros hermanos”.
“No podemos ponernos los primeros antes que los otros. No pueden las leyes de mercado y las patentes estar sobre la ley del amor y de la salud de la humanidad”, agregó.
Ante ello, pido a todos los responsables de los Estados, a los organismos internacionales y a las empresas, “proponer la cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos. Vacunas para todos. Especialmente para los más vulnerables y más necesitados del planeta”.
“Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos en la misma barca”, destacó Francisco desde el aula de las bendiciones de la basílica.
En este mensaje navideño Francisco instó a recordar a tantos niños que sufren en el mundo, “especialmente en Siria, Irak y Yemen, están pagando todavía el alto precio de la guerra”.
“Que sus rostros conmuevan las conciencias de las personas de buena voluntad, de modo que se puedan abordar las causas de los conflictos y se trabaje con valentía para construir un futuro de paz”, agregó.