La Jornada
La Fiscalía General de la República (FGR) afirmó que solicitó a Estados Unidos todas las pruebas de la investigación que su agencia contra la drogas (DEA) hizo en torno al ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, pero que en respuesta sólo se enviaron las 743 hojas con transcripciones de mensajes de texto, que el Ministerio Público consideró insuficientes.
En primer término, la FGR señaló que el envío de dichos mensajes fue interceptado ilegalmente y por tanto “esa información carece del más elemental valor jurídico, está afectada de nulidad y no pueda surtir efecto alguno sobre las personas a las que se les atribuyen.”
Si bien aclara que no hubo intervención de comunicaciones privadas hechas en territorio mexicano, la FGR sostiene que por parte de los Estados Unidos “nunca se precisó qué autoridad es la que presuntamente otorgó ese permiso, ni se aportó la documentación que acreditara quién lo otorgó, lo que imposibilita dar valor jurídico alguno a cualquier intervención telefónica.”
En el expediente del caso, se afirma que las pesquisas de la DEA comenzaron en el año 2013, a raíz del seguimiento realizado sobre las actividades de distribuidores minoristas de heroína que operaban en Las Vegas, Nevada, los cuales eran abastecidos por una organización mexicana, con base en Nayarit. Se trata del cártel que encabezaba Juan Francisco Patrón Sánchez, alias el H2.
En esa investigación se encontraron mensajes de alguien identificado como El Padrino, quien supuestamente era Cienfuegos Zepeda.
Sin embargo, al cruzar el contenido de dichos mensajes con las actividades públicas del ex titular de la Sedena, la FGR encontró varias inconsistencias.
Por ejemplo, en una conversación del 9 de diciembre de 2015, El Padrino afirma estar jugando al golf, cuando en ese momento Cienfuegos se encontraba en una ceremonia oficial, develando el monumento al “Defensor de la Patria”, en Piedras Negras, Coahuila.
En otro de los mensajes interceptados se afirma que El Padrino tuvo una reunión con uno de los jefes del cartel del H2, el 9 de diciembre de 2015, en la Ciudad de México, cuando en esa fecha Cienfuegos asistió a una reunión del gabinete de seguridad en Acapulco, Guerrero.
De dicha reunión, el representante del cartel del H2 describe a El Padrino como un hombre “cahaparrito (sic, por chaparrito) blanco viejano”, cuando el ex titular de la Sedena es moreno y más alto que el promedio.
La FGR añade que pidió a las compañías celulares los registros de los mensajes intercambiados entre los aparatos involucrados en la investigación de la DEA, cuyos números fueron testados de la versión pública, pero las empresas contestaron que, con base en la ley, sólo guardan esta información durante dos años, por lo que no conservaban ya ningún dato sobre los textos enviados por sus sistemas durante 2015.