La agricultura es el sector más castigado por los desastres naturales. Según el último informe sobre el impacto de las catástrofes climáticas, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el grueso de las pérdidas provocadas por desastres naturales se produce en el sector agrícola, que padece un 63% de las repercusiones de catástrofes, un desproporcionado porcentaje frente a otros sectores como la industria, el comercio o el turismo.
En el último año, desde mayo de 2020, las inclemencias del tiempo han afectado directamente a la agricultura mexicana:
• 13.05.20. Tormenta de granizo del tamaño de bola de golf en algunas zonas cítricas de Nuevo León. La tormenta arrancó hojas, frutos, flores y brotes.
• 22.09.20 Lluvias intensas en la región de Nuevo León, afectando principalmente a los nogales.
• 24.12.20. Las fuertes heladas en el norte del país afectaron frutas y plantas, principalmente en Tamaulipas.
• Primera semana de enero 2021. Heladas en la región de Occidente, en el área de ciudad Guzmán, provocaron flores y brotes muertos.
• 14.02.21 Más heladas. Afectaron a la mayor parte de la región noreste y la región de Guzmán. Hubo lugares con poca humedad del aire que dieron lugar a las llamadas “heladas negras”. En las zonas en las que la fruta ya estaba lista para cosechar, esto afectó a su calidad y rendimiento.
Todos estos hechos han hecho mella en cultivos de todo tipo. SupPlant alerta al agricultor a través de la aplicación recomendando los pasos necesarios para que su cultivo no se vea afectado y permanezca en perfectas condiciones ante cualquier inclemencia del tiempo. “Es fundamental conocer el estado de los cultivos y predecir el clima, todo esto hace posible que el agricultor tome decisiones importantes con suficiente tiempo de reacción”, concluye Ori. El impacto del cambio climático está empujando a la agricultura a un cambio de paradigma en el que la precisión en el uso de los recursos es más necesaria que nunca.
El clima de la tierra ha variado de forma natural a lo largo de sus más de 4,500 millones de años de existencia, en los últimos años estos cambios se han acelerado. Esta variación con fenómenos meteorológicos extremos tiene grandes efectos ambientales, económicos y sociales. El cambio climático al que nos enfrentamos constantemente, registra eventos externos como las sequías, las heladas y las inundaciones, las cuales afectan negativamente la producción agropecuaria, por lo que, en el contexto actual de la volatilidad de los precios de los alimentos, los eventos climáticos externos juegan un papel importante.
Los fenómenos extremos y la impredecibilidad de los patrones meteorológicos que lleva consigo el calentamiento global prefiguran un escenario preocupante para las explotaciones agrarias: sequías, grandes aguaceros, tempestades, desestacionalización de las cosechas, nuevas plagas… Se impone una transición hacia sistemas de producción agrícola más productivos y eficientes, que nos permitan obtener más alimentos consumiendo menos recursos naturales. Es lo que se ha dado en llamar la agricultura climáticamente inteligente, un concepto muy amplio que tiene en las nuevas tecnologías y la biotecnología a sus mejores aliados.
El cambio climático es un fenómeno difícilmente revisable, que más bien se intensificará en el futuro, por lo que una de las principales recomendaciones para el sector agropecuario mexicano es desarrollar estrategias de adaptación. “Las áreas agrícolas de temporal en México tendrán que adoptarse a un escenario de más temperatura y menos agua; de aquí que las tecnologías de producción actuales y futuras deberán adaptarse bajo condiciones de escasez” asegura Ori Ben Ner, CEO de SupPlant, empresa de tecnología agraria.
La agricultura es un sector que depende del clima, la tierra y el agua, por lo que los fenómenos meteorológicos, sísmicos y biológicos alteran el nivel de producción agrícola, provocando escasez y aumentando el precio de los alimentos. En el último año los agricultores mexicanos se han enfrentado a tormentas de granizo, heladas negras e inundaciones, todas ellas causando numerosos daños en el campo. Estos fenómenos meteorológicos extremos, son cada vez más frecuentes, los agricultores se enfrentan a situaciones más impredecibles y difíciles. Ahora, más que nunca, los agricultores necesitan de la tecnología para ayudar a manejar el cambio climático. “SupPlant, tiene en cuenta los pronósticos meteorológicos hiperlocales y ofrece al agricultor recomendaciones de riego con una semana de antelación” comenta Ori. Los sensores, que detectan el estado de cada planta se colocan, de manera estratégica en suelo profundo, suelo poco profundo, tallo, hoja y fruto.