Aún con pandemia, campesinos festejan a San Isidro Labrador

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Redacción/RIOaxaca

Oaxaca de Juárez. Ignorando algunas medidas sanitarias por COVID-19, este sábado decenas de campesinos y fieles creyentes festejaron a San Isidro Labrador.

Habitantes de municipios conurbados asistieron a la tradicional misa para celebrar a este santo patrono.

Algunos colonos con vestimentas especiales, carros alegóricos y banda de música acudieron a la iglesia para llevar sus animales de ganado y semillas, mismas que son bendecidas por el párroco del templo.

A través de redes sociales se han difundido imágenes y algunos vídeos en los cuales muestra que sin atener ninguna de las medidas sanitarias de precaución, mujeres, hombres y niños salieron de sus hogares para participar en la ceremonia.

Tal es el caso de Bajos de Chila, dónde cada año se realiza una tradicional vela, sin embargo, con la contingencia solo se realizó un recorrido por las calles de este lugar.

Así en varios municipios de la entidad oaxaqueña los campesinos celebrarán está festividad.

Datos:

No todos conocen la historia.

Isidro de Merlo y Quintana nació en el seno de una familia humilde del Madrid musulmán y en su vida vivió muchas anécdotas que luego pasaron a la historia, entre ellas su matrimonio con quien da nombre a uno de los grandes paseos de la capital, Santa María de la Cabeza (cuya fiesta se celebra el 9 de septiembre).

Con la religión cristiana como herencia de su familia, a los 10 años comenzó a trabajar como labrador para una finca, y estos dos puntos se mezclaron en uno de los muchos milagros que se le atribuyen: cuenta en su web la Archidiócesis de Madrid que cada madrugada retrasaba su ‘entrada’ al trabajo para acudir al templo cristiano y rezar, razón por la cual fue calificado de holgazán por sus compañeros.

El patrón de la finca comprobó con sus propios ojos que Isidro llegaba siempre tarde a trabajar por culpa de esos rezos, pero mientras él conversaba con Dios, “los bueyes estaban arando solos la parte que le correspondía al buen Isidro”. Milagro número uno. De muchos, casi 500.

“Su esposa encontró, sorprendida, que la olla rebosaba comida y vio en él a un santo”

La Iglesia le atribuye un total de 438 milagros, entre ellos el de elevar las aguas del pozo en el que se encontraba su hijo —de hecho, su primer trabajo conocido fue el de pocero—, el de mantener su cadáver incorrupto años después de muerto o el de sanar a los enfermos, además de aquel de arar la tierra con ayuda de su fe. ‘La olla de San Isidro’ es como se conoce a otro de sus múltiples milagros.