Coreana aprende a hacer tortillas de mano en Oaxaca; así le quedaron

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Gastrolabweb

La coreana Soo Jin, mejor conocida como Chingu Amiga, compartió parte de sus experiencias al visitar el estado de Oaxaca, al sur de México, una de las regiones más emblemáticas de la gastronomía nacional, y no podía dejar pasar una de las costumbres más tradicionales para los mexicanos, hacer tortillas a mano, por lo que incluso se animó a intentarlo y resultó un gran reto.

La influencer y youtuber originaria de Corea del Sur, ha señalado que su estancia en México ha resultado una gran aventura, por lo que ya lleva cuatro años viviendo en este país. A pesar de tener un buen periodo residiendo en Monterrey, donde vive actualmente y da clases de coreano, aún sigue aprendiendo de la cultura y los sabores de nuestro país, por lo que no deja de sorprenderse.

En este viaje por Oaxaca, Soo Jin señaló que fue impactante descubrir que las personas con las que se quedó en las vacaciones tenían árboles frutales o que se comían las flores, como la flor de calabaza, aunque una de sus experiencias más divertidas y completas es la de haber preparado tortillas a mano en el comedor Los Huamuches, ubicada en el kilómetro 25 de la carretera Puerto Ángel.

¿Cómo le quedaron las tortillas a la coreana Soo Jin?

El video titulado “Trabajé haciendo tortillas” -que fue compartido el pasado 14 de agosto- ya acumula más de un millón de vistas, más de 81 mil “me gusta” y casi 4 mil comentarios en los que sus seguidores celebran el aprendizaje de Chingu Amiga.

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Y es que hacer tortillas a mano, no cualquiera puede, pero la joven no sólo observó primero a su maestra, sino que intentó cinco veces hacer una tortilla completa tipo tlayuda, que además de elaborarse con una máquina de tortillas se “tortea” con manos y antebrazos para extenderla aún más, y luego se calienta en comal de barro con brasas, lo que acumula mucho más calor.

A pesar del miedo a quemarse, la coreana logró hacer una tortilla completa e incluso se preparó una quesadilla de quesillo (conocido en la capital del país como queso Oaxaca) con flor de calabaza que luego probó y aseguró entre risas “está bien rico, y está bien rico porque yo lo hice”.

Pero su aventura no se detuvo ahí, sino que siguió haciendo otras tortillas para los comensales del restaurante oaxaqueño donde aprendió lo que a muchos mexicanos nos enseñan desde pequeños, que una tortilla tiene su derecho y su revés o su “espaldita” y su “carita”.