Agencias
El 7 de septiembre de 2017, a las 23:49:17 h, se registró un sismo de magnitud 8.2, localizado en el golfo de Tehuantepec, a 133 km al suroeste de Pijijiapan, Chiapas. Fue sentido en el sur y centro del país, y es considerado el de mayor magnitud en casi cien años en México.
Dos días después del sismo, se registraron 482 réplicas y quince días después, 4326 réplicas, la de myor intensidad fue de 6.1. El sismo causó la muerte de 99 personas, 79 en Oaxaca, 16 en Chiapas y cuatro en Tabasco.
Aquel día, cientos de mexicanos se estremecieron no sólo por el terremoto y el sonido de la alerta sísmica, sino también por un fenómeno que no se vio en el sismo de 1985, ni en el del 19 de septiembre de 2017.
La noche del terremoto en que se vieron luces en el cielo
La noche del 7 de septiembre de 2017, unas luces en el cielo pudieron ser vistas por miles de personas en medio del miedo. ¿Qué son estos estos misteriosos destellos de luz? ¿Y qué tienen que ver con el terremoto?
Según investigadores de la Universidad Rutgers, en Estados Unidos, los destellos lumínicos se producen debido a que los deslizamientos del suelo cerca de las fallas geológicas de la Tierra generan una carga eléctrica.
BBC Mundo explicó que se conocen como “luces de terremoto” y han sido documentadas desde los años 1600, dice un informe de la Asociación Sismológica de Estados Unidos.
Estas luces de terremoto se pueden producir antes o durante los movimientos sísmicos.
Los rayos más habituales en el cielo son el resultado de una acumulación de carga eléctrica en las nubes.
Pero los experimentos de laboratorio en la Universidad de Rutgers sugieren que estas luces se originan, en cambio, por el gran aumento de carga eléctrica en el suelo cuando la tierra se rompe.