Forbes
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que el concreto, en su forma construida, puede absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, que es uno de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, y por lo tanto puede ayudar a mejorar el entorno vital.
Esta noticia refuerza que el concreto es el material de construcción más sostenible y resiliente del mundo y que su uso brinda una gran cantidad de beneficios sociales, y ahora ecológicos.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en ingles) de la mayor organización internacional existente, la ONU, señaló en su informe más reciente, que el concreto puede absorber con el tiempo hasta un 50% del CO2 que se emite durante el proceso de descarbonatación en la producción de cemento.
En México muchas empresas se han enfocado en ajustar sus modelos de operación para reducir sus emisiones buscando detener el Cambio Climático. En este caso, el sector de la construcción no ha sido la excepción, pues organizaciones como la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), CEMEX y otras empresas del ramo han lanzado iniciativas de sostenibilidad en los últimos años.
Por ejemplo, CEMEX anunció que invertirá alrededor de $60 millones de dólares en su programa “Futuro en Acción”, diseñado para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
La empresa regia informó que, como primer paso, para 2030 tiene la meta de reducir sus emisiones de CO2 en concreto en un 35%, alcanzando 165 kg de CO2 por metro cúbico. Incluso, recientemente lanzó una línea de concretos bajos en carbono llamados “Vertua”, como parte de este esfuerzo que realizan en México y el mundo.
El concreto es uno de los materiales de la construcción más usados en el mundo, ya que según los expertos tiene cualidades constructivas que ningún otro material tiene, como la durabilidad, versatilidad y la adaptabilidad.
Además, según la Asociación Global del Cemento y del Concreto, tiene muchos beneficios medioambientales, por ejemplo, puede ser reciclado como agregado para producir nuevo concreto, reduciendo significativamente las emisiones, lo que lo hace parte de la economía circular.
Con el informe dado a conocer este mes por parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se da un paso adelante en los esfuerzos de la industria cementera para consolidarse como una industria ecológica y sostenible.