AMLO también ofrece cargo a Antonio Echevarría

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La Jornada

 El presidente Andrés Manuel López Obrador, inauguró un Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) en la capital del estado, que principalmente se dedicará a atender al elevado número de niños nayaritas que padecen diversas parálisis corporales, en la zona de la montaña.

También, aparte de esa importante acción, que promovió la señora María Luisa Aguirre, esposa del gobernador, Antonio Echevarría, el mandatario anunció que invitará a éste para que le siga apoyando en la administración federal. No obstante que bromeó porque los periodistas le insistieron a qué posición lo promoverá, no dio a conocer el destino.

Antonio Echeverría es integrante de una familia de la élite económica y política de Nayarit, propietaria de empresas distribuidoras de bebidas azucaradas, de automóviles y de servicios diversos. Llegó al poder hace cuatro años -y concluirá su función la semana próxima-, a través de una alianza signada entre el PAN-PRD hace más de 20 años, la misma relación que también llevó al mismo sitio de poder a su padre, del mismo nombre.

López Obrador acudió a Nayarit a poner en marcha el centro dedicado a atender a los infantes, a reconocer a Echevarría por su buena administración, y la aún mejor actividad en pos de la seguridad -dijo-, y también a anunciar la pronta incorporación del mandatario estatal saliente al gobierno federal.

Antes afuera del CREE, sobre la avenida Colosio, le aguardaba un centenar de mujeres, niños y hombres quienes pretendían acercársele, estrechar su mano, entregarle pliegos con demandas o sacarse la foto.

Una pareja madura, la señora Patricia Tovar y su marido Carlos Silva, llevó una figura en pasta de San Martín Caballero. El personaje esperó un año para pasar a manos del presidente.

A pesar del amontonamiento de personas en torno a la camioneta Suburban del presidente, entre empujones, la pareja consiguió extenderle el obsequio, y entre brazos y manos que se extendían para tocarle, López Obrador lo recibió, sonriente, sin haber escuchado la versión de la señora Tovar y su esposo Carlos.

La mujer platicó cómo es que se hicieron de la imagen entre ellos. “Un día -el marido- me dijo que le iba a comprar este santito para que lo protegiera, porque él andaba caminando mucho.”

Y el esposo, a quien se le nublaron lo ojos, platicó: “Esta imagen es de San Martín Caballero, es el que rige a los escorpiones, él es muy noble y se quita la camisa. Uuuy, ya tiene más de seis meses, pero no había tenido la oportunidad, lo he seguido en todos sus andares. Para mí él es el libertador de México, es un ser humano extraordinario, de esos personajes que no se dan a diario.”

Una vez que el tabasqueño tuvo ese contacto, al que está más que acostumbrado, con mujeres y hombres que le pusieron en el oído agradecimientos y también demandas, ingresó al centro de rehabilitación construido por el gobierno del estado.

En la obra que recién fue concluida, inició el evento. Los reporteros que lo cubrieron fueron dispuestos en un estacionamiento terregoso, bajo una carpa de plástico que provocaba el efecto de un sauna, y con un monitor diminuto, y desde donde se observó el evento dentro del inmueble.

En su turno, mientras el gobernador Echevarría dirigía su discurso de despedida ante el mandatario, sobre las vías del ferrocarril cruzó un largo tren, cuyas locomotoras pitaron con fuerza y por momentos dejaban sin sentido las palabras de político empresario, conocido porque su familia es la poderosa propietaria de la empresa distribuidora de una de las bebidas azucaradas que más se consumen en el occidente del país: la Coca-Cola.