Agencias
Entre 2010 y 2011, sacerdotes y empresarios cercanos a la congregación religiosa los Legionarios de Cristo, crearon una intrincada red de fideicomisos y empresas subsidiarias que opera desde un paraíso fiscal y que acumuló 295 millones de dólares en activos en empresas del sector inmobiliario, petrolero y tecnológico.
Lo anterior se dio a conocer como parte del escándalo fiscal, que se reveló el domingo, denominado Pandora Papers.
En la investigación particular de la orden religiosa colaboraron el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ), la organización Quinto Elemento Lab, el diario italiano L´Espresso y la revista Proceso.
Se destaca que esta estructura financiera vio la luz hace diez años, justo en el momento que El Vaticano tenía en la mira a los Legionarios de Cristo por escándalos de abuso sexual, y donde se mencionaba también la opacidad en las finanzas.
Los Legionarios de Cristo acepta que crearon la estructura con la finalidad de recibir donaciones, pero que nunca tuvo información de los fideicomisos que se mencionan en la investigación y que involucran inversiones en tres decenas de empresas en Nueva Zelanda, un conocido paraíso fiscal.
Cabe recordar que en 2010, el entonces papa Benedicto XVI instruyó al cardenal Velasio de Paolis, encargado de las finanzas del Vaticano, que ordenara el tema de los recursos d la Curia.
Tres días antes de su nombramiento la iglesia creó The Retirement and Medical Charitable Trust (Fideicomiso Caritativo Médico y de Jubilación, RMCT), con el fin de “recaudar donaciones y hacer inversiones” para “apoyar económicamente a miembros retirados, afectados mentalmente, o heridos en algún accidente”, según el acta de creación.
No obstante, la investigación publicada en el diario español El País, revela que “detrás de la fachada benefactora, sin embargo, se erigía una estructura formada por otros dos fideicomisos que invertía millones de dólares cada año en una cartera demasiado exótica para una congregación conocida por su doctrina conservadora”.
Además, esos otros dos fideicomisos involucran al sacerdote mexicano Luis Garza Medina, y dos de sus hermanos empresarios, quienes el 15 de noviembre de 2011 abrieron Salus Trust y AlfaOmega Trust, entidades que fueron utilizadas para invertir en cientos de proyectos en todo el mundo.
La investigación revela: “En esa estructura inyectaron millones de dólares que, según explican, provenían de ‘una herencia familiar’. De acuerdo con las actas de creación, ambos contaban con 100 dólares de capital inicial y los fondos incorporados posteriormente consistían en ‘transferencias bancarias’ de dinero en efectivo y posiblemente acciones del grupo empresarial mexicano ALFA, fundado por la familia de Garza Medina.