Con la llegada de la pandemia por COVID-19, el confinamiento obligado que se decretó no solo en México sino en el mundo entero cambió de manera radical los hábitos y estilos de vida de las personas. La falta de interacción social, las muertes sin duelo, la incertidumbre ante un virus desconocido y la inestabilidad económica, agravaron las dolencias mentales, como la depresión y la ansiedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás.
Al respecto, la Coordinadora Estatal de Salud Mental de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Erika Ruiz Santiago, mencionó que tener una buena salud mental, conlleva a mantener el cuerpo sano, sin embargo, el desajuste de hábitos en la vida cotidiana y laboral, entre otros factores, la agravaron en personas de todas las edades, desde niñas, niños, adolescentes, jóvenes, hasta personas adultas y mayores de 60 años.
En entrevista, destacó que en el marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora el 10 de octubre y que lleva por lema: “Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad, cuidar de uno mismo y de los demás”, refirió que los trastornos mentales pueden prevenirse, tratarse y curarse, de ahí el reforzamiento de acciones de capacitación y concientización en la población, así como con las y los servidores públicos para la atención de este problema.
“En los Centros de Salud se brinda atención psicológica a través de personal especializado, en donde las personas pueden acercarse con las medidas sanitarias a solicitar ayuda para afrontar esta problemática que ha ido en aumento”, subrayó.
Y es que, de enero a la fecha, la dependencia ha brindado 10 mil 649 consultas asociadas a enfermedades mentales, de las cuales, cuatro mil 436 son de primera vez y el resto subsecuentes.
Ruiz Santiago puntualizó que la salud mental está conformada por una serie de factores sociales, físicos, psicológicos y comunitarios que hacen que el individuo pueda funcionar de manera óptima en su entorno, a nivel individual y familiar, tanto en el aspecto emocional, psicológico, social y comunitario.
Mencionó que una persona con buena salud mental puede afrontar y manejar situaciones de estrés, contribuir en el desarrollo de su comunidad, trabajar de forma productiva y conocer sus capacidades y aptitudes.
Por ello, consideró importante poder identificar algunas señales de alerta y cuestionarnos: ¿Cómo me estoy sintiendo?, ¿Qué esta pasando?, ¿Por qué estoy consumiendo cigarrillos o alcohol?, si antes no lo hacía, o ¿por qué tengo alteraciones del sueño?, estar irritable y sin ganas de trabajar.
Sostuvo que estos son los signos más visibles que pueden presentarse, por lo que es necesario realizar alguna actividad física como practicar algún deporte, procurar que la alimentación este equilibrada, disminuir las grasas y azúcares, buscar una actividad que permita la relajación y que los desconecte de aquellos pensamientos o conductas que generan estrés.
Añadió que el momento actual en que vivimos, es una oportunidad para que “todos nosotros hagamos algo a favor de la vida”: a nivel individual, tomar medidas concretas a beneficio de nuestra propia salud mental y apoyar a nuestro círculo de amigos y familiares que estén afectados por un trastorno como consecuencia de la actual pandemia, como la adopción de medidas para su bienestar.