Al participar en la presentación del Libro “Caseidyneën Saën” (por su traducción del zapoteco al español: Aprendamos Juntos), el ombudsperson oaxaqueño Bernardo Rodríguez Alamilla afirmó que el derecho humano a la lengua materna es una prerrogativa fundamental que debe ser protegido y garantizado.
Acompañado por los académicos y compiladores Brook Lillehagen, de Haverford College; Mike Zarafonetis, de Haverford Libraries; Felipe H. López, de Seton Hall University; Moisés García Guzmán, de San Jerónimo Tlacochahuaya y Heriberto Ruíz Ponce, catedrático del Instituto de Investigaciones en Sociología de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), el defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca advirtió que cada dos semanas una lengua en el mundo desaparece.
Sostuvo que esto implica no solamente que las personas dejen de hablar determinada lengua, sino que con ella se extinga el patrimonio cultural e intelectual, la cosmovisión y la forma de entender el mundo.
Apuntó que la publicación del libro “Caseidyneën Saën- Aprendamos Juntos”, es un muestrario de la riqueza lingüística, literaria y cultural de los pueblos zapotecas que podrá circular en todo el mundo de manera gratuita.
Agregó que el libro es un importante aporte a la descolonización de la educación, pues enfatiza la importancia de reconocer los distintos saberes de los pueblos originarios.
“La lengua zapoteca tiene una rica tradición literaria oral que se manifiesta por medio de narraciones legendarias y crónicas, canciones, poemas e inclusive un tipo de invención basada en exageraciones humorísticas que se conocen como ‘mentiras’ y que sutilmente revelan grandes verdades sobre la vida cotidiana en pueblos y comunidades”, apuntó Rodríguez Alamilla.
Y agregó que ese inestimable patrimonio lingüístico y literario subsiste y se enriquece en diversas comunidades que preservan las distintas variantes de la lengua zapoteca que se hablan en territorio oaxaqueño.
Ejemplificó que la publicación de libro “Caseidyneën Saën – Aprendamos Juntos” es un ejercicio claro de cómo se reivindica el derecho humano a una lengua de los pueblos y comunidades indígenas.
Durante su participación, la doctora Brook Lillehagen, de Haverford College indicó que el libro digital cuenta con recursos pedagógicos centrados en el corpus de textos escritos en el zapoteco del Valle creados durante el periodo colonial, el cual está disponible gratuitamente, en forma de libre acceso mediante el proyecto Ticha.
Detalló que el libro aborda temas sobre: desplazamiento lingüístico, Twitter, activismo de lenguas zapotecas, el legado letrado e intelectual de los zapotecas y la reapropiación de nuestras lenguas, documentos y archivos coloniales.
Por su parte, el maestro Moisés García Guzmán, de San Jerónimo Tlacochahuaya reconoció el trabajo realizado por activistas, universitarios y profesores zapotecos y no zapotecos, para la realización de este importante trabajo académico.
El libro digital “Caseidyneën Saën – Aprendamos Juntos”, fue editado por: Xóchitl Flores Marcial, Moisés García Guzmán, Felipe H. López, George Aaron Broadwell, Alejandra Dubcovsky, May Helena Plumb, Mike Zarafonetis y Brook Danielle Lillehaugen.
Y en su construcción participaron: Sara Cruz López, Laura Curiel, Javier Curiel Núñez, Verónica Fabián Alvarado, Rogelio Hernández Sernas, Jonatán Gama, Gustavo García, Noel Alejandro García Juárez, Sandra Ruth Gómez Sernas, Jasmine López, Geraldina López Curiel, Norma López Curiel, Everardo López Hernández, Iris Mabel Juan López, Edith Matías, José Ángel Morales, Yaneth Molina, Eva Rasgado, Silvia Reymundo Hernández, Aurora Sánchez Gómez, Juan Próspero Sánchez Hernández, Ignacio Santiago, Leonardo Santiago Galván, Sergio Iván Santiago Guerra y María Velasco.
Estas 28 personas contribuyeron al esfuerzo de los autores y editores para dejar un registro del patrimonio lingüístico, literario y de la memoria social de 14 pueblos zapotecos en el Valle, el Istmo, la Sierra Norte y la Sierra Sur, como son Díaz Ordaz, Juchitán de Zaragoza, San Baltazar Chichicapan, San Bartolomé Quialana, San Blas Atempa, San Felipe Güilá, San Francisco Yatée, San Jerónimo Tlacochahuaya, San Lucas Quiaviní, Santa Ana del Valle, Santa María Yalina, Santiago Matatlán, Teotitlán del Valle y Yalálag.