Ernesto Reyes
Existe un ambiente levantisco de las élites, afirma Epigmenio Ibarra, uno de los intelectuales que mejor defiende a la 4T al recordar que, quienes abogan para que no se toque al sector eléctrico, con el cuento de las “energías limpias”, son los mismos que mantuvieron durante la época neoliberal un régimen de corrupción y saqueo.
Su principal objetivo es que López Obrador fracase en las iniciativas que se aprueban en las cámaras federales, con el fin de que no se mueva nada, que no haya reforma o corrección alguna de leyes y decisiones que amenacen la dulce vida del conservadurismo.
Imagínense que los defensores de las “energías limpias”, que hoy cabildean para que permanezca el favoritismo con que actúan las empresas eólicas, sometiendo a la CFE, son personajes como Anaya, Calderón, Quadri, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell, etcétera. Puras “fichitas” que, como el expresidente, han servido de socios o empleados de corporativos extranjeros. Otros impresentables como Narro, ex rector de la UNAM, sale con todo su desprestigio moral a defender lo indefendible.
Se queda corta cualquier descripción de esta corriente de pensamiento, como lo hace en las conferencias “mañaneras” el presidente para explicar el proceso de cambios que vive México, y no sigan siendo los mismos rostros e intereses los que dominen en las instituciones, en santa alianza con los principales medios de comunicación: los grupos de poder económico y los partidos de una oposición tan limitada que hoy permite que su agenda electoral se la impongan barones de la IP como Claudio X. González o Gustavo de Hoyos.
¿Y cómo se manifiesta esta guerra abierta por el control del país? Como no tienen apoyo popular, se la pasan descalificando acciones de salud contra el Covid-19; llamando “terrorismo fiscal” a cualquier cambio al régimen tributario (que incluye solicitar a mayores de 18 a que obtengan su RFC); de quienes ven “daños a la sociedad civil” por limitar “donativos” de particulares, no de personas morales; de aquellos que defienden las burocracias corruptas que mandan en universidades, instituciones, congresos, gobiernos, etcétera; de las voces que suplican por la excarcelación de Rosario Robles…
Son los mismos que desestiman la Consulta Popular por la Revocación de Mandato que tendrá lugar en marzo; que lloran que se están destruyendo instituciones supuestamente autónomas como el INE. En fin, que por todos los medios colocan barricadas mediáticas y políticas para defender las reformas neoliberales. Son los que promueven amparos contra los avances y la lucha contra la corrupción, para descarrilar o retardar legislaciones u obras emblemáticas; los que abogan por continuar entregando nuestra riqueza petrolera a particulares.
Es más, quienes se resisten a aceptar cualquier avance económico, desestimando pronósticos internacionales de crecimiento, sin endeudar al país, calculado en un cuatro por ciento, son las mismas voces que tampoco aceptan que la percepción de inseguridad en varios estados está bajando, aunque sea poco, no tanto así en entidades donde la delincuencia está asociada con las mismas corporaciones policiacas.
El embate de los grupos poderosos, no se manifiesta en las calles, en los sectores populares, con marchas o manifestaciones que amenacen la estabilidad. Se produce en los altos niveles, donde actúan a sus anchas los “ilustrados” que están formando un frente encaminado a ganar las próximas elecciones presidenciales, una vez que llegaron a la conclusión de que en los próximos tres años no podrán sacar a AMLO.
Hoy observan, con especial amargura, que la voz de este nuevo México independiente y solidario vaya a sonar alto en la Organización de las Naciones Unidas, en el seno del Consejo de Seguridad. Las minorías selectas, desplazadas, pero vivas, pues a nadie se le reprime ni censura, siguen destilando odio y frustración. El pueblo, en mejor circunstancia anímica y social, pese a todas las desventuras, se prepara en este fresco octubre, a recibir a los muertos: a nuestros familiares, amigos, compañeros, que el infortunio y la pandemia nos han arrebatado.
Un dato para el optimismo: quienes creen que Morena Oaxaca está inerme, se equivocan. En el interior del estado, se forman con entusiasmo los Comités de Defensa de la 4T “para lograr la transformación, unidos y organizados”.
@ernestoreyes14
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