Agencias
El gobierno federal reconoció este miércoles que la inundación de Tula que provocó la muerte de 14 pacientes de un hospital del IMSS no se debió a las lluvias sino al desbordamiento de un río por el desagüe de presas, principalmente de agua proveniente de la Ciudad de México.
“No fue la lluvia local, sino los escurrimientos de los ríos, presas y las obras de desagüe del Valle de México y del estado de Hidalgo, lo que provocó la inundación”, detalló la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en un breve informe.
Los hechos ocurrieron entre el 6 y 7 de septiembre, cuando la ciudad de Tula, en Hidalgo y a 70 kilómetros al norte de la capital mexicana, sufrió una histórica inundación por el desbordamiento del río que lleva el mismo nombre.
El agua provocó una falla eléctrica en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuya planta baja quedó completamente anegada, por lo que murieron 14 pacientes, la mayoría intubados por Covid-19.
Conagua admitió que, aunque las lluvias en la zona fueron muy fuertes esos días, la inundación se debió al desagüe de presas del Valle de México y de los dos túneles que extraen aguas residuales de la Ciudad de México.
“Es decir, no fue la lluvia local, sino los escurrimientos de los ríos, presas y las obras del desagüe del Valle de México y del estado de Hidalgo, lo que provocó la inundación”, expresó el informe.
Según el organismo, el río Tula alcanzó un caudal de 500 metros cúbicos por segundo, de los cuales 150 provenían de los túneles Emisor Central y Emisor Oriente de la capital mexicana, 130 del río Tlautla, 100 de la descarga de la presa Requena, 92 de la cuenca del propio río y 28 del río El Salto.
El informe también explicó que el hospital anegado tenía su planta baja dedicada a pacientes en estado crítico de Covid-19, con 24 personas ingresadas, de las cuales dos fallecieron antes de la llegada del agua y 14 tras la inundación.
“La muerte de estas personas ocurrió a raíz de una concatenación de hechos inesperados, extraordinarios, inevitables e incontrolables para las instituciones y servidores públicos que atendieron los hechos”, aseveró Conagua en su informe.
La semana pasada, el portal Animal Político publicó una investigación según la cual el desbordamiento del río Tula se planeó para salvar a la Ciudad de México de las inundaciones.
En su conferencia de prensa matutina del lunes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo ser “responsable, pero no culpable” de lo sucedido, y defendió “castigar” a funcionarios implicados si hubo “negligencia”.
El año pasado, López Obrador causó polémica cuando admitió que ante el paso del ciclón Eta su gobierno optó por gestionar una presa para “inundar” zonas indígenas del suroriental estado de Tabasco a fin de evitar mayores afectaciones a Villahermosa, la capital estatal.