EFE
En Japón, el primer ministro Fumio Kishida, anunció hoy que el país plantea endurecer más sus restricciones en el control fronterizo debido a la nueva variante del covid-19 Omicron.
Kishida dijo en rueda de prensa que su gobierno enfoca la aparición de la variante como una nueva «crisis» en la lucha contra la pandemia.
La nueva variante «se está desplazando y expandiendo globalmente», dijo Kishida, «y por ello tendremos que endurecer aún más las medidas en las fronteras».
El jefe de gobierno nipón no añadió detalles concretos sobre este refuerzo de los controles fronterizos y aseguró que la decisión «aún está siendo estudiada y será anunciada en el momento apropiado».
Las palabras de Kishida llegan después de que Japón haya endurecido las condiciones de entrada para personas procedentes de nueve países (Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Namibia y Zimbabue, Mozambique, Malawi y Zambia) tras la identificación de la nueva variante.
Las personas que lleguen a territorio japonés y que hayan estado recientemente en estos nueve países deberán pasar una cuarentena obligatoria de 10 días en un centro del gobierno y someterse a tres test PCR para detectar la presencia del virus durante ese periodo.
Tras haber sufrido su peor ola de contagios el pasado verano, Japón registra actualmente contagios mínimos diarios junto a un descenso drástico de fallecimientos y aún no ha detectado un solo caso de la nueva variante.
Desde principios de mes comenzó a flexibilizar su férreo cierre fronterizo del archipiélago, que sigue sin permitir la entrada de turistas.
En estas últimas semanas el país ha concedido visados de negocios y de estudios, permitiendo la entrada diaria de más de 5 mil 500 personas con la condición de que guarden cuarentena (obligatoria incluso para aquellos vacunados en el archipiélago, incluyendo residentes y aquellos con nacionalidad nipona) de 14 días en el hogar.