La jornada de bombardeos más intensa de la noche de este martes 1 de marzo a manos de fuerzas rusas contra Zhytómyr, en Ucrania, pudo haber venido de Bielorrusia, aseguró la mexicana Karina Velasco Guzmán, quien reside en esa ciudad.
El óblast de Zhytómyr está a 130 kilómetros de Kiev y tiene frontera con Bielorrusia y desde ahí está viniendo el ataque. Estamos seguros que el misil que nos impactó anoche vino desde Bielorrusia”, detalló.
El bombardeo dejó 17 personas heridas, entre ellos, niños, uno de ellos grave. Al momento se han confirmado cuatro muertos, señaló en entrevista para la Primera Emisión de Imagen Radio.
Afirmó que la ciudad ya había sido blanco de ataques, pero “esta vez fue con un misil. Se impactó contra viviendas particulares y un hospital. La sensación es como la de un temblor. Por las ventanas era visible la explosión y el fuego”.
“La situación cambia muy rápido. Esto es grave”, dijo.
A pesar de ser una ciudad pequeña, Zhytómyr “se ha convertido en un lugar de concentración. Quien se pudo ir a sus pueblos, lo hicieron, pero sólo a sus familias”, y en el lugar donde ella se encuentra resguardada “sólo hay dos familias con niños, la mía y otra. El resto solo son varones”.
Ya empieza a haber desabasto, “y tratamos de estar el menor tiempo posible fuera” por lo que la ciudad es “ya una ciudad fantasma. Rezamos porque estas lágrimas no van a ser en vano”.
Velasco Guzmán es una de los mexicanas residentes en Ucrania que ha tomado la decisión de no abandonar el país en guerra. “Aquí tengo mi vida y mi familia”, enfatizó. Está casada con un ucraniano y tiene una bebé de siete meses.
Su vivienda se ha convertido en su refugio. Durante el día “estamos en casa, pero apenas si suena la alarma, nos refugiamos en el sótano o nos resguardamos en zonas claves del departamento, por si hay una explosión, los vidrios de las ventanas no nos lastimen”, concluyó