Tras dos años de ausencia, deslumbra a propios y extraños “Donají la leyenda”

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Redacción/RIOaxaca

La capital y la rotonda de las azucenas se inundó de color, magia e historia con la presentación de Donají la Leyenda.

El evento que se celebra desde el año 1982 repitió la historia de “Alma Grande” de la princesa zapoteca que dio su vida por amor a su pueblo a través de una historia llena de romanticismo y sacrificio.

De esa forma cultivó aplausos y ovaciones de las y los presentes, entre los que destacaron el edil capitalino, Francisco Martínez Neriy el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa.

Así una noche más, la princesa volvió para cautivar.

Ambientada con música prehispánica, comenzó a contarse la historia de la princesa Donají, quien desde que nació en el seno de una familia zapoteca, un sacerdote descifró en el cielo el signo de la fatalidad y predijo que se sacrificaría por amor a su pueblo.

La historia que narra el amor de una pareja de príncipes prehispánicos avanzó sin contratiempos, con efectos sonoros que apoyaron la recreación de un escenario prehispánico manteniendo expectante al público y recreando la constante lucha entre los pueblos mixtecos y zapotecos por conquistar las tierras de Antequera.

En medio de tales enfrentamientos, un guerrero Mixteco de nombre Nucano – interpretado en esta ocasión por Carlos Alberto Rosales- fue hecho prisionero por los zapotecas y puesto a disposición del rey Cosijoeza.

Al verlo Donají caracterizada por su nobleza y compasión por sus semejantes, sanó sus heridas y cuidó de él, pues nació el amor entre ellos, motivo por el cual encabezaron la paz entre sus pueblos.

Liberado por la princesa, Nucano alentó a su pueblo a terminar con la guerra, mientras que Donají hizo lo mismo con su padre. Luego de varios intentos y gracias a ese amor que floreció, se consolidó la armonía entre mixtecas y zapotecas.

Anteponiendo el amor a su pueblo que a su propia vida, la princesa dio aviso a los guerreros zapotecas de que sus carceleros se encontrarían al anochecer en Monte Albán, lugar donde fueron sorprendidos y asesinados por la gente de Cosijoeza. Descubierto el plan de Donají, los mixtecas decidieron vengarse del rey decapitando a la princesa cerca del río Atoyac, lugar donde fue sepultada.

La trama culminó con un cielo de luces multicolores