Reforma
En México se generan cada día 120 mil 128 toneladas de residuos sólidos urbanos, poco más de 5 mil toneladas por hora, un volumen que resulta cada vez más incontrolable.
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La generación de basura en el País, indicó Nancy Merary Jiménez Martínez, especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, se duplicó en 25 años, al pasar de 21.9 millones de toneladas al año en 1992 a 44.6 millones en 2017, cantidad que equivale a 82 veces la capacidad del Estadio Azteca.
Son los datos más recientes. Proceden del Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos, publicado en 2020 por Semarnat. Su actualización se ha visto frenada por la pandemia.
Sólo la generación de residuos de plástico aumentó de 962 mil toneladas a 4.9 millones en el periodo referido.
El 69 por ciento de la basura procede las casas y el resto de espacios públicos.
La crisis de hiperbasura en el País, señaló Jiménez, es resultado de los ritmos de extracción de recursos naturales, alentados por modelos tecnológicos de producción de mercancías, los patrones demográficos y de poblamiento, y la voracidad en el consumo.
“La basura nace de la revoltura. No estamos acostumbrados a manejar nuestros residuos, a separarlos. Por eso nos estamos ahogando en basura”, apuntó al participar en un seminario de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM.
El País cuenta con una capacidad de reciclaje muy limitada.
En total, se recuperan al día 277 toneladas de residuos, de las cuales 86 son de pet y 64 de papel y cartón.
En tanto, señaló la especialista, existen en México entre mil 500 y 3 mil basureros, que reciben 86 mil toneladas de residuos sólidos urbanos al día.
“Esto quiere decir que hay una cantidad importante que queda dispersa en el ambiente, que no se recoge, y es probable que una parte vaya a parar al mar, a las islas de basura”, alertó.
Además, indicó, casi la mitad de los sitios de disposición final de la basura, 47.8 por ciento, no cuenta con infraestructura básica para la protección del ambiente y menos de una quinta parte, 18.9 por ciento, tiene control de los residuos que ingresan.
‘Reciclaje no acaba con basura’
El reciclaje no resuelve necesariamente los problemas ambientales y de salud asociados al creciente volumen de basura, advierte Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
En entrevista, indica que en el caso del plástico se promueve la percepción de que el reciclaje resuelve el problema ambiental generado por los residuos, cuando en realidad se están reproduciendo círculos viciosos.
En el caso de los plásticos, señala, los principales productores son las empresas de alimentos ultraprocesados y de bebidas, que afirman que si se recicla ya no hay problema, cuando no es cierto.
“Cuando se recicla se pierde la calidad del plástico, y entonces se tiene que mezclar con plástico virgen.
Además, el reciclado implica uso de energía y uso de agua”, apunta.
Se estima que para producir un litro de Coca-Cola se requieren más de 20 litros de agua, detalla Calvillo, considerando el envase, los edulcorantes y otros insumos, además de energía. Y si la botella se recicla se requiere más plástico virgen.
“Es un absurdo que para que alguien que se está hidratando con algo que le va a hacer daño, se estén generando todos estos círculos viciosos con graves impactos ambientales y con graves impactos en la salud”, remarca.
La crisis de la basura, plantea Calvillo, tiene que ver, entre otros factores, con necesidades creadas entre los consumidores y con la obsolescencia programada de productos.
Durante millones de años, explica, las necesidades de la población determinaron lo que las sociedades deberían producir, mientras que en la sociedad de consumo gran parte de la producción se dirige a crear nuevas necesidades.
“Es la creación de necesidades en un grupo de la población que ya satisfizo sus necesidades, mientras que un amplio sector de la población no ha logrado satisfacer esas necesidades”, advierte.
Y la otra pinza son las estrategias para incrementar el consumo creando la necesidad de sustituir productos que podrían seguir siendo útiles.
“La obsolescencia programada es una de las principales causas de la generación de basura. Es la obsolescencia tecnológica, pero también la, yo diría, casi sicológica que está detrás de las modas”, indica.
Por otro lado, comenta, la generación de basura aumenta con nuevos fenómenos, como compras en línea, que experimentaron un crecimiento a raíz de la pandemia de Covid-19.
“Yo creo que ya se quedó como un hábito, aunque no va a tener la frecuencia que durante la pandemia. Muchas compras se van a hacer en línea, y más en casos como la Ciudad de México, o también en lugares donde no hay acceso a comercios que tengan los productos que tú estás buscando”, señala.