Ken, el destapador Made in USA

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El Universal

¿Ken la quelle, ken la quelle? ¿Ken la destapó? Esta vez, el resto de las corcholatas no la vieron venir y cuando se dieron cuenta, Ken Salazar, el flamante embajador de Estados Unidos, ya había destapado a Claudia Sheinbaum como próxima Presidenta.

Lo que sea de cada quién, los estadounidenses están muy adelantados en cuestiones de destapes, pues aquí, en México, se necesitan llevar camiones y más camiones, y matracas y matracas con acarreados que vayan a un acto público a gritar Pre-si-den-ta, Pre-si-den-ta, pero el modelo norteamericano es más pragmático y económico, pues es el propio orador principal del evento quien se encarga de la porra para la corcholata elegida.

“Todavía no tenemos el día fijo de cuando se vaya a abrir (la embajada), pero ojalá, con la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobierno de aquí y los vecinos, vamos a llegar a un tiempo donde ya se pueda abrir”, soltó Salazar, mientras que, parada junto al embajador, Sheinbaum ponía cara de sorpresa, y no porque el diplomático pensara que ella será la próxima Presidenta, sino porque se atrevió a decirlo en público.

Anteriormente, en estos mismos análisis serios de la política cómica, ya le habíamos explicado quién era don Ken y cómo ha demostrado ser un buen amigo de la Cuarta Transformación, al grado de que muchos consideran que debería regresar a Washington, pero castigado, como sus detractores piensan, sino a la embajada de México en Washington, pues podría representar mejor los intereses mexicanos que el actual embajador, Esteban Moctezuma, quien arrastra con un pasado priista y que aún conserva ideas neoliberales y fifís. Pero ahora, el embajador Salazar dio una muestra de que no solo apoya a la 4T, sino de que sabe de que lado pega el Diurex y, de plano, siguió los sabios consejos de su gran amigo, el presidente AMLO, y definió de qué lado está, “fuera máscaras”, dirían por ahí.

Y mientras Marcelo Ebrard estaba en Londres, tomándose selfies y llorando a la reina Isabel II, y Adán Augusto López y Ricardo Monreal pasando las de Caín para conseguir votos a favor de la reforma priista de Alito Moreno para que las fuerzas armadas sigan en las calles realizando labores de seguridad pública hasta 2028, doña Claudia y don Ken les comían el mandado.

Y si se quejaban de que el piso no era parejo, ahora Sheinbaum ya está en el piso de arriba y los demás en la planta baja. No solo es la consentida del Presidente, sino ahora tiene el apoyo, nada más, de Estados Unidos, y cualquier día de estos, el mismo presidente Joe Biden pedirá que por el bien de todos, Rusia debe de salir de Ucrania, y los mexicanos votar por Claudia.

Y ya con la bendición de “ya saben Ken”, doña Claudia se puede dejar ir, y comenzar a colocar en calles de ciudades de Estados Unidos, anuncios espectaculares con su rostro, como los que hoy se pueden ver en varias carreteras y ciudades de México.
Quizá su equipo de asesores ya esté preparando los lemas “ #It’sClaudia” y “For the transformation to continue #It’sClaudia”, para pintar en las bardas de los barrios mexicanos en todos los estados de la Unión Americana.

Quizá, “ya saben Ken” podría comenzar desde ahora una gira de Sheinbaum por varias ciudades de Estados Unidos, para que como sucedió con el presidente López Obrador en su pasado viaje a Washington, vayan espontáneos simpatizantes a cantarle a su hotel las mañanitas y ella salga al balcón a agradecer los vítores y los gritos de gritar Pre-si-den-ta, Pre-si-den-ta.

Se nota que Estados Unidos quiere comenzar, dos años antes, una excelente relación con Sheinbaum para evitar que cuando sea Presidenta no le dé por estar invitando al presidente de Cuba Miguel Díaz Canel a hablar en el desfile del 16 de septiembre, o por invitar al mandatario de Venezuela Nicolás Maduro a la toma de posesión en 2024.

Tras el ruido que armaron los conservadores en redes por el destape del embajador Salazar, el diplomático tuvo que salir a decir que él llamó a Claudia presidenta, porque es algo así como presidenta de la Ciudad de México, pero que, de ninguna manera quiere intervenir. Y no se usted, pero yo, le creo a Ken. ¿Cuándo ha visto usted que algún embajador estadounidense quiera intervenir en asuntos internos de otro país? Pero en este caso, no se trata de una intervención, el diplomático solamente está leyendo lo que la mayoría de los mexicanos desean, y quizá leyendo lo que dicen algunas bardas y anuncios espectaculares.

El buen amigo Ken solo está tratando de dar algo de amor, pues en el tiempo que ha estado en México, él sabe que en la Cuarta Transformación el amor con amor se paga. ¿Ken la quelle?

ME CANSO GANSO. – “Ya saben Ken”, el mejor amigo de “Ya saben quién”. – Bien dicen que, en la cama, en la cárcel y en las sucesiones presidenciales se conocer a los verdaderos amigos. Y Ken si sabe leer las señales y los deseos de “Ya saben quién”. Ah, todo de manera muy transparente y sin las incómodas filtraciones de la DEA en México. ¡Faltaba más!