Alfredo Martínez de Aguilar
El paulatino, pero creciente proceso de militarización en México con la incorporación final de la Guardia Nacional al Ejército ha traído consigo el abandono de las policías municipales y estatales.
Este es un hecho evidente, público y notorio que, sobre todo, con el “austericidio” ha hundido a los elementos de las corporaciones policíacas, estatales y municipales en la “pobreza franciscana”.
La escandalosa corrupción históricamente larvada ha contribuido en gran medida a detonar las lamentables condiciones y estado de fuerza que se tiene y que enfrenta múltiples carencias.
Esta situación convierte a la Policía Municipal en un factor de riesgo del estallido de una crisis más en el Municipio de Oaxaca de Juárez, a semejanza del estallamiento de la crisis de la basura.
No obstante, las difíciles circunstancias que rodean el funcionamiento y operación de los elementos de la Policía Municipal, con imaginación y creatividad, se pueden encontrar soluciones.
Baste mencionar como ejemplo la imperiosa necesidad de fortalecer la movilización y desplazamiento de los policías en motocicletas más que en patrullas para eficientar su labor.
Esta debe ser una decisión de sentido común en la intervención y combate de la inseguridad y violencia en la capital oaxaqueña, dado que los delincuentes se mueven en motocicletas.
Podemos enumerar una serie de acciones que permitan ahorrar el gasto de operación en combustible para las patrullas, optimizar los escasos recursos y garantizar la seguridad.
Con objetividad, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Protección Civil de Oaxaca de Juárez, Raúl Ávila Ibarra, hizo un crudo, pero realista diagnóstico, sobre la Policía Municipal.
Con pleno conocimiento de causa, el mando policíaco atribuyó las carencias a la desaparición de algunos programas federales como el Subsidio para la Seguridad en los Municipios (SUBSEMUN).
Este programa de subsidio federal se reestructuró y a partir del ejercicio 2016 se convirtió en el Subsidio para el Fortalecimiento del Desempeño en Materia de Seguridad Pública (FORTASEG).
A 32 años de creada la Policía Municipal, no se ha incorporado personal nuevo, por lo que 180 elementos forman parte de la tercera edad y que en cualquier momento dejarán de trabajar.
En consecuencia, se tiene un déficit de 750 elementos, en una corporación que con 32 años de existencia se volvió vieja, porque en 32 años nadie volteó a ver la seguridad en Oaxaca de Juárez.
“Cómo nos explicamos que en 2022, en una época moderna, la Policía de Oaxaca de Juárez salgan a trabajar con 86 revolver que son piezas de museo. Es simple, se olvidó la seguridad de Oaxaca”.
A pesar de su amplia formación y experiencia, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Raúl Ávila Ibarra, poco puede hacer para garantizar la seguridad en la demarcación del municipio capitalino.
El ex jefe policíaco en Ciudad Juárez, tiene la Maestría en Inteligencia Policíaca y Seguridad Nacional, Licenciatura en Derecho y Técnico Superior Universitario en Seguridad Pública.
Además, tiene en su formación académica el Diplomado en Control del Tráfico Ilícito de Armas, el Diplomado en Alta Dirección, Diplomado en Mando Policial y Diplomado en Gerencia del Servicio.
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