Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Ayer otra vez Salomón Jara volvió a culpar al pasado y en especial al ex gobernador José Murat de lo que pasa en Oaxaca, específicamente a la falta de acuerdos con el magisterio oaxaqueño, pero muy lejos de tratar de conciliar, lo que parece es que se quiere pelear con la dirigencia y por tanto con la base sindical.
La propuesta tonta que hizo de buscar la derogación de una ley Constitucional, para congraciarse con la base magisterial, no lo va a llevar a ningún lado, primero porque no es prerrogativa del gobierno del estado sino del Congreso de la Unión, segundo porque está fuera de toda proporción lógica.
Lo que sí va a pasar, es que la base magisterial, después de escuchar de boca del mandatario oaxaqueño que hubo algunos líderes sindicales que se quedaron con algo así como 11 millones de pesos mensuales del ISR, va a generar que esos grupos que están muy bien organizados, para empezar no levanten su plantón, al contrario lo hagan indefinido, lo que va a causar la molestia de la ciudadanía, por los bloqueos y manifestaciones de la Sección 22.
Salomón no le haya la cuadratura al círculo, no sabe cómo se gobierna un estado pluricultural y multiétnico como Oaxaca, con 570 municipios casi una cuarta parte de los municipios que tiene el país y con 14 mil comunidades, todas ellas aglutinadas en 16 grupos étnicos que utilizan 200 variantes dialectales para comunicarse. La cabeza de Salomón y menos con el derrame cerebral que le dio, no le alcanza para entender la complejidad de un estado como el nuestro, por eso tiene que echar culpas.
Y no tiene en la mira a Ulises Ruiz, a Gabino Cué o al propio Alejandro Murat, sino a alguien que gobernó Oaxaca hace ¡25 años!, un hombre al que seguramente Salomón Jara le tiene mucho respeto y sobre todo admiración, porque un lunes sí y el otro también lo menciona en sus mañaneras como el culpable de todas sus desgracias.
Por eso le recomiendo mucho al Gobernador Salomón Jara, que lea, sobre todo un libro que escribió José Murat en 2014 y que se llama “PACTO POR MÉXICO”, ahí el exgobernador oaxaqueño narra de manera muy clara, los antecedentes de un Pacto que llevó a México a estadios de competitividad mundial y sentó las bases del andamiaje jurídico para un desarrollo sostenido y sostenible en muchos de los rubros en donde México se había quedado estancado por la pasividad política.
No sé si Salomón Jara haga lectura de comprensión, si fue educado por profesores de la sección 22, lo dudo, porque como analiza José Murat en la Reforma Educativa: “el panorama ha sido muy adverso desde que iniciaron los exámenes comparativos internacionales (en la Organización para la Competencia y el Desarrollo Económicos -OCDE-). El diagnóstico desfavorable se rarificó en el examen realizado a 30 mil estudiantes mexicanos en marzo de 2012, con los resultados dados a conocer en noviembre de 2013 por Gabriela Ramos directora del Gabinete y Sherpa de la OCDE”.
“La directiva reveló que México obtuvo un promedio de 413 puntos en matemáticas, 424 en lectura y 415 en ciencias lo cual significa con sus cálculos que en el ritmo actual (todavía no estaba aprobada la Reforma Educativa en la fecha del examen) se necesitarían ¡65 AÑOS PARA ALCANZAR EL PROMEDIO DE LECTURA Y 25 AÑOS EN MATEMÁTICAS!”
Sin embargo, debería de hacer un esfuerzo o decirle a su hija Nabany -que es la que le recuerda todo lo que se le olvida después de su problema vascular- , que le lea el libro Pacto por México de José Murat, para que entienda el arte de la negociación política de alto, de altísimo nivel diría yo.
El Pacto por México, no se cocinó como una ocurrencia de un individuo, -como lo hace López hoy en día con sus decretazos- sino por acuerdos logrados al través de años de charlas que culminaron con la primera Ley Electoral que impulsó José Murat en 1977 la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LOPPE), que fue el antecedente del Instituto Federal Electoral.
Esa Ley fue el resultado de consensos entre actores políticos bien identificados como Pablo Gómez, Felix Rincón Gallardo, Jesús Zambrano; Juan Molinar Horcasitas, Santiago Creel Miranda, Jesús Ortega, Carlos Navarrete entre otros que a la postre, dio pie al Pacto por México firmado en 2012, pero acordado mucho antes de que Enrique Peña ganara las elecciones de ese año, todas las fuerzas políticas estuvieron de acuerdo.
Lo que quiero decir, es que Salomón Jara no gana absolutamente nada con pelearse con quien se le ponga enfrente y al contrario, obtendría mucho si supiera negociar con todas las fuerzas políticas que tiene Oaxaca, incluida la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
No se trata de pelearse con quien sea y menos con una fuerza de 80 mil profesores, porque quienes vamos a sufrir las consecuencias de los yerros del gobernador, somos los ciudadanos, por eso Salomón, debería pedirle una asesoría a José Murat para que le enseñe cómo se gobierna un estado tan complejo como Oaxaca.
Decía María mi Madre “ganas más moscas con miel que con vinagre”, ¡APRENDE SALOMÓN!
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