La pintura me abrió las puertas del mundo: Oznar Galo

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“La pintura me abrió las puertas del mundo. Nunca imaginé estar en los lugares a donde he llegado gracias al arte. Mis obras son mi granito de arena para ayudar a reconstruir a la sociedad”, señala Osnar López Gallegos, el artista plástico más conocido como Oznar Galo, ganador del concurso de la imagen de la Feria Internacional del Mezcal 2023.

Artista de 30 años, señala que sus obras buscan “generar un cambio, buscamos poner nuestro granito de arena en este mundo para salvar vidas, para reconstruir una nueva sociedad, para crear nuevos vínculos y crear comunidad”, trabajando con niñas y niños y reconociendo a los ancianos y ancianas que han persistido en sus saberes ancestrales, señaló.

El artista de raíces zapotecas nativo de Chicapa de Castro, agencia de Juchitán de Zaragoza, es el ganador del concurso de la imagen para la Feria Internacional del Mezcal 2023, “soy muy afortunado de que mi obra “El dorado elixir de la vida” haya sido elegida como imagen de la bebida que nos da identidad y que distingue nuestra cultura como oaxaqueños”

Sobre la obra comentó: “me siento muy contento, agradezco a quienes integraron el jurado por elegir mi obra. Lo hice pensando en los elementos representativos del mezcal, los elementos tradicionales, como la tahona, el machacado. Me siento realmente muy afortunado de que mi obra sea la representativa”.

El artista plástico empezó a pintar y dibujar desde la primaria y a los 14 años cuando estudiaba la secundaria tuvo la influencia de un grupo de amigos que hacían grafiti en las paredes de Chicapa.

Luego ingresó a los talleres de pintura de la Casa de la Cultura de Juchitán, institución creada por el más importante de los artistas de la historia reciente de Oaxaca, Francisco Toledo, la cual ha sido fundamental para el impulso de la cultura y el arte en la región y en el estado.

En 2017 Galo ingresó a la Facultad de Artes Plásticas de Xalapa de la Universidad Veracruzana. “Empecé empíricamente, como jugando, como una distracción, por simple gusto, por experimentar, por expresarme. Y me encontré por medio de la pintura. Nunca me imaginé que iba a llegar hasta donde estoy. Me ha dado mucho la pintura y le he dado mucho de mí aplicando mis conocimientos”.

La onomatopeya de los juegos pirotécnicos con los que jugaban en la niñez le dio el nombre al grupo de amigos que se dedicaban a pintar hasta estallar, el Colectivo Chiquitraca, el juego y el espíritu infantil de los artistas para usar el color y las figuras los llevó a reconocer a los personajes populares de la región.

Con Chiquitraca se trataba de rescatar y homenajear a las personas que han mantenido las tradiciones y oficios de la cultura zapoteca, algunos valores comunitarios de la cultura zapoteca por parte de murales.

También fue integrante del Colectivo Guiexhuuba, en el que se dedicaban más a la pintura de caballete para exposiciones en galerías. Los colectivos eran integrados por artistas jóvenes de toda la región del Istmo.

Según el Comité Melendre “Chiquitraca es una palabra que identifica a los cohetes pequeños, los que usualmente utilizan los niños en el último mes del año. Insignificantes en apariencia, pero de un poder monstruoso. De ahí surge el nombre del colectivo y su lema: ¡Pintar hasta explotar!”

Galo dice que con “Chiquitraca se hace una labor social donde pintamos y retratamos a personajes que tengan algún oficio y que sean reconocidos en Chicapa y en todo el Istmo. Se han hecho más de 20 murales en diversos municipios a lo largo de ocho años”.

Aunque algunos de los integrantes trabajan de manera independiente, Galo todavía viaja a Chicapa para dar talleres en las temporadas de vacaciones para niñas y niños, a quienes enseña pintura, dibujo, mural, arte urbano y escultura.

“Recorrimos casi todo el Istmo pero los murales que han destacado más son los de Chicapa, Juchitán, Ciudad Ixtepec, Unión Hidalgo y Tehuantepec, en donde hemos hecho más murales”, destacó.

“Los personajes que recuerdo mucho son Ta’ Nen (Hermenegildo Matus, el Tenor del Istmo, ya fallecido) y Na’ Juve Teco, doña (Na) Juventina (Juve) y Teco por el marido”, señaló.

Las obras del colectivo se pueden apreciar en la red Instagram https://www.instagram.com/colectivo_chiquitraca/?hl=es

Na’ Juve, dice, “es la panadera con más descendencia en Chicapa, es la que ha heredado este linaje familiar y sigue preservando esta tradición. Por su edad empieza a heredar el oficio a sus hijas, hijos y nietos y da esta perspectiva de no cerrar las puertas a este oficio, de preservarlo”.

Na’ Juve elaboraba “pan bollo popular que es muy peculiar de esta región y de Chicapa. Recuerdo mucho a Ta’ Nen, el Tenor del Istmo porque tuvimos un cercamiento. Nos platicó cómo comenzó en la música, las trabas que tuvo por parte de sus papás, cómo tuvo que lidiar con todas estas cuestiones para que su música a fin de cuentas sonara. Fue algo nostálgico, y cuando vio el mural se sorprendió muchísimo; es de esas cosas que te guardas, la reacción de las personas cuando ven su mural”.

A lo largo del Istmo en las paredes de las casas se pueden encontrar las imágenes de estos personajes que han creado comunidad con sus oficios: “Na’ Cata que trabaja la palma, hace abanicos, canastos, bolsas, sigue preservando este oficio, y también a Pepe Molina un trovador muy virtuoso de la ciudad de Juchitán que falleció hace cinco años. Le hicimos un homenaje especial por su trayectoria como músico. La cohetera, Na’ María que tiene este oficio desde niña, que empezó con los carrizos y prepara la pólvora de los juegos pirotécnicos para las grandes fiestas del pueblo.

“He pintado murales en la mayoría de los estados del sur y del centro del país, como 20 estados ya tienen murales míos y he pintado murales en otros países por invitación de artistas urbanos he ido a festivales en Ecuador, Colombia o Venezuela y hemos dejado un poquito de lo que sabemos por ahí”, señaló.

Galo ha realizado exposiciones colectivas en Italia en 2019, en Chicago en 2020 y en diversos países sus obras están plasmadas en las paredes de las ciudades, como los sueños de un niño que enciende un cuete que chisguetea y truena, estallando en brillantes luces de colores. Son como pedacitos del alma de los personajes de nuestra tierra.
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