Las lenguas indígenas y sus hablantes tienen gran presencia en la 43 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), donde este es uno de los ejes temáticos que rigen varias de las actividades para niñas, niños, jóvenes y adultos.
En este marco, se ofreció la mesa Narrativa: cuento y novela en lenguas indígenas. Retos y perspectivas, donde participaron la autora Ruperta Bautista (tsotsil) y el autor Javier Castellanos (zapoteco), con Mito Reyes como moderador.
En esta actividad reflexionaron sobre el entorno en el cual se ha desarrollado la literatura escrita desde los pueblos originarios.
Castellanos, de la sierra norte de Oaxaca, apuntó que, si a algo se debe que la literatura indígena sea relativamente reciente, es porque la alfabetización llegó hace apenas unas cinco décadas a varias comunidades del territorio nacional. Además, agregó que muchos hablantes empezaron a escribir en español o sólo lo hacen en aquella lengua, pues es en la que fueron alfabetizados.
Castellanos opinó que aún hay una brecha muy grande para que la literatura de los pueblos indígenas tenga cierta plenitud y autonomía pues, aunque los autores y autoras escriban en su lengua, deben a fuerza traducir a la hegemónica. “Si no tradujera al español mi literatura no significaría nada, si yo estoy aquí es porque mi literatura está también en español, pero si mi literatura estuviera sólo en mi lengua estaría en el olvido”.
“Me tengo que pulir bastante, a veces hasta más en español que en mi lengua para obtener la beca, el premio, etcétera, o tan siquiera para que me publiquen. Sigue siendo un ambiente hostil para las lenguas indígenas”, agregó el autor zapoteco.
Al tomar la palabra, Ruperta Bautista quien es tsotsil de Chiapas, apuntó que empezó a escribir a los seis años por necesidad, llegando a la literatura a los nueve años ante la falta de contenidos en su lengua. “¿No hay textos?, yo los voy a hacer”, se planteó. Pero se topó con el problema de que hay muchos sonidos en tsotsil que no pueden representarse con el alfabeto español.
“Nuestro trabajo literario se vuelve político, va más allá de querer ser artistas, surge de la necesidad de querer decir algo de nosotros y nuestro pueblo. Y si no lo hacemos nosotros nadie más lo va a hacer”, agregó la autora, y llamó a sus colegas indígenas a incentivar ellos mismos la lectura de sus contenidos en sus comunidades, “para que lea nuestra propia gente nosotros mismos tenemos que formarlos como lectores”.