Alfredo Martínez de Aguilar
Las Raíces del Presente, es la historia de la sobrevivencia de un niño mixteco, Narciso Abel Alvarado Vásquez, del desafío a la adversidad, de la lucha a brazo partido por abrirse paso “a chingadazos”.
Son las memorias del niño oaxaqueño nacido en Santa Cruz de Bravo, Silacayoapam, “un pueblo pobre, sin escuelas, sin instituciones de salud y, sobre todo, bajo el signo de la violencia inusitada”
En su comunidad, en sus estudios y en su vida, Abel Alvarado se ve envuelto en hechos sangrientos, dejando evidencia de un México, que ha construido su historia con hechos muy sangrientos.
Las páginas escritas con sus vivencias, rinden homenaje a la memoria de sus padres, Guadalupe Alvarado Méndez y Guadalupe Vásquez Ramírez; abuelos, Taurino Ramírez y Donaciana Méndez.
Asimismo, con gratitud homenajea a su tía abuela y segunda madre, Sofía Ramírez, porque iluminó su camino y delineó la senda por la que años después caminaría, haciendo realidad sus palabras.
Al mismo tiempo, lo hace con su tía Pánfila, por sus tardes de lectura y muestras de amor en la infancia, así como de Guadalupe Camarillo y su tío Zenén, ejemplos de amistad desinteresada.
Lo mismo ocurre con doña Jose, tutora en la ciudad de México, y su esposa Flora García, quien le ha acompañado en las buenas y en las malas, con amor, lealtad e infinita paciencia, y a sus suegros.
No olvida a sus hijos, Miriam y Rodrigo, que materializan las razones para no rendirse nunca ante nada, aún en las peores circunstancias, a su hermano y hermanas, a sus nietos, Luciana y Alejandra.
El breve espacio de las fiestas de fin de año fue oportunidad inmejorable para concluir la lectura del libro y reaprender una gran lección de vida: la gratitud a todos aquellos que nos han apoyado.
Abel, reconoce la amistad y el apoyo de las hijas de su segunda madre, Sofía, así como de los Magistrados Presidentes del Tribunal Superior, Alfredo Lagunas Rivera y Eduardo Pinacho Sánchez.
Producto de la cultura del esfuerzo y de gloriosas instituciones como el Internado Ignacio Mejía pone de manifiesto las vicisitudes vividas por superarse. En la ciudad de México durmió en la calle.
En la capital del país, Abel conoce el amor con su esposa, concluye la licenciatura en derecho en la UNAM, es nombrado titular de diversas dependencias públicas e inicia una prolífica carrera política.
El maestro en Gobierno y Administración, fue director del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca, Vocal Ejecutivo de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral en el Estado de Oaxaca,
Durante su intensa y apasionada vida en la que nada de lo humano le es ajeno, Abel Alvarado Vásquez, se desempeñó como Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca.
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