Alfredo Martínez de Aguilar
* Un caso concreto es el municipio de Santa Lucía del Camino, donde priistas denuncian que Óscar Granados Carballido compró en varios millones la candidatura a presidente municipal a Carmela Ricárdez.
* El mayor efecto nefasto de la traición de Carmela Ricárdez y Javier Casique en el PRI es dañar el triunfo como presidenta de Xóchitl Gálvez y torpedear la coalición Fuerza y Corazón por México con el PAN y PRD.
Después de entregar el PRI-gobierno la Gubernatura del Estado de Oaxaca al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sus dirigentes nacionales y locales continúan sepultándolo.
Priistas de diversos distritos federales y locales, así como de diferentes municipios, coinciden en denunciar que sus dirigentes no solo se “agandallaron” candidaturas, sino que venden estas.
Con el apoyo de la dirigente nacional de la CNOP, Cristina Ruíz Sandoval, a quien pagó un viaje de placer a África, Carmela Ricárdez se “agandalló” la candidatura en la primera fórmula al Senado.
Por su parte, el diputado federal por Puebla y Delegado Nacional en funciones de Presidente del PRI, Javier Casique Zárate, se “agandalló” la segunda posición a diputado local plurinominal.
Un caso concreto es el municipio de Santa Lucía del Camino, donde priistas denuncian que Óscar Granados Carballido compró en varios millones la candidatura a presidente municipal a Carmela Ricárdez.
Para consumar la venta señalan, al mismo tiempo, el contubernio del Delegado Nacional en funciones de Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Javier Casique, con la candidata a senadora.
Por tal motivo, denuncian que el diputado federal Casique Zárate y la ex dirigente estatal del PRI impidieron el registro de candidatos nativos de Santa Lucía como Margarita Acevedo y Adrián Rojas.
Apoyado por Pedro Cabañas, ex munícipe de Santa Lucía del Camino, el pastor cristiano Óscar Granados buscó ser candidato de Nueva Alianza y comprar la candidatura en Acción Nacional.
Una vez más, se confirma la escandalosa corrupción de los dirigentes estatales del PRI en Oaxaca, al vender presuntamente al mejor postor las candidaturas a diversos cargos de representación popular.
A la luz de los últimos hechos, al igual que en 2018, en busca de impunidad por la corrupción que les involucra, priistas traicionan a su Partido con su “agandalle” en candidaturas y provocar renuncias.
A semejanza del estado de Puebla, el “agandalle” en las candidaturas de Carmela Ricárdez y Javier Casique convirtió en raquítica a la bancada priista en el Congreso de Oaxaca, al provocar renuncias.
La desmedida ambición de la presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI y el Delegado nacional ratifica su traición, iniciada en el caso de Carmela, con el robo del salario de los trabajadores del PRI.
Carmela y su grupo iniciaron la traición a Xóchitl Gálvez, retirando a los representantes del PRI en el Frente Amplio y negándose a firmar las denuncias por actos anticipados de campaña de Morena.
Con perversidad pretendió fallidamente dividir a las organizaciones de la sociedad civil participantes en el Frente Amplio por México, antecedente de la coalición Fuerza y Corazón por México.
El mayor efecto nefasto de la traición de Carmela Ricárdez y Javier Casique es dañar el triunfo como presidenta de Xóchitl Gálvez y torpedear la coalición Fuerza y Corazón por México con el PAN y PRD.
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