Alfredo Martínez de Aguilar
* Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador, cerró las puertas de Palacio Nacional a las madres buscadoras y de víctimas de feminicidio, al negarse a recibirlas, al igual que su “corcholata”, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz les abrió sus brazos y su corazón.
*Los 5 ciudadanos promedio de las familias de las 5 mil víctimas de feminicidio, 187 mil asesinatos y 100 mil desaparecidos, suman un millón 460 mil votos de castigo que deben fortalecer y consolidar el triunfo de la candidata presidencial del PAN, PRI, PRD.
Ante el peligro de imposición de una dictadura populista en la madre de todas las batallas electorales, nunca como ahora reviste singular importancia el voto de castigo a AMLO y su delfina.
Especialmente es estratégico el voto de castigo de las familias de más de un millón de víctimas muertas por el mal manejo de la pandemia del COVID, los asesinatos, desapariciones y feminicidios.
En tales condiciones, cobra plena vigencia la demoledora fuerza de la lapidaria sentencia ¡Ni perdón ni olvido! Particularmente las familias de las víctimas de feminicidio deben votar por Xóchitl Gálvez.
La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por el PAN, PRI, PRD, es la única que garantiza que los feminicidios, asesinatos y desapariciones de mujeres no queden impunes.
Tras un feminicidio, las madres, tías y amigas son las víctimas que deben sobrevivir a la pérdida, al dolor, al terror, a la impunidad. Su vida se vuelca en emprender un largo camino por la justicia.
Las familias de las 5 mil víctimas de feminicidio en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador representan alrededor de 25 mil votos de castigo por los cinco miembros de una familia promedio.
A ellos hay que sumar las familias de los 187 mil asesinatos y 100 mil desaparecidos, lo que arroja un total de un millón 435 votos de castigo que deben fortalecer y consolidar el triunfo de Xóchitl.
Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, es la única abanderada presidencial que ha sido empática y ejemplo de sororidad con las madres buscadoras y las familias de las víctimas de asesinatos y de feminicidios.
Mientras el presidente López Obrador les cerró las puertas de Palacio Nacional al negarse a recibirlas al igual que su “corcholata”, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz les abrió sus brazos y su corazón.
Pero a las madres buscadoras de sus hijos desaparecidos no solo no las recibe López Obrador ni Martí Batres, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, sino que las criminalizan y revictimizan.
Ambos acusaron a la líder de las madres buscadoras Ceci Flores de “traficar” y “lucrar” con el “dolor humano” tras denunciar el hallazgo de un posible crematorio clandestino en la Ciudad de México.
AMLO acusó de pertenecer al “bloque conservador” y “traficar con el dolor humano” a Ceci Flores, quien aseguró haber encontrado una fosa clandestina en los límites de Iztapalapa y Tláhuac.
Martí acusó a la fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora de “lucrar políticamente con el dolor humano” y calificó el hallazgo como “montaje”, ya que los huesos y cenizas eran de caninos.
“Todo el Estado contra una madre buscadora que solo lucha por la verdad de saber dónde están sus hijos, de encontrarlos otra vez”, denunció en un video que publicó Ceci en sus redes sociales.
“Y todo el estado ocultando una verdad que necesitamos que salga a la luz para que nuestros hijos vuelvan a casa. No les pido nada, solo déjame buscar”, demandó en tono impotente Ceci Flores.
“Si solo eran restos de perros ¿Por qué tanta seguridad? ¿Por qué nos bloquean? Una explicación por favor. Nos los oculten, no los desaparezcan otra vez, déjenos buscar. ¿A qué le temen?”.
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