Por Brisa Martínez
En la transmisión en vivo que hizo el periodista Ernesto Rojas Ayuzo, a través del portal Hey, sobre el aseguramiento del inmueble del Centro Cultural Alvaro Carrillo (https://www.facebook.com/share/v/uiJd8YyEFJyKsyg2/?mibextid=TRmnTU), comentó la impunidad con la que actúan algunos notarios, como Arturo Vásquez Urdiales, a quien considera ahora amigo del gobierno de la primavera oaxaqueña.
Señala que este y otros fedatarios han cometido abusos permitidos por este gobierno, que había prometido actuar en contra de los integrantes del Cartel del Despojó, ingiriendo que era parte de él.
Rojas Ayuzo hace mención en su transmisión en vivo que Urdiales inclusive traicionó al abogado Enrique Toro Ferrer, como si fueran cómplices en el despojo de la ex fábrica de triplay, ubicada en las riberas del río Atoyac, tras la recuperación del predio y el litigio del mismo por parte del gobierno de Salomón Jara.
En esa lógica de traiciones, y haciendo caso a las deducciones del periodista de que se trataba de una sociedad delictiva, una de las consecuencias probables del posible rompimiento de ese pacto criminal podria derivar en un hecho de sangre.
Esto es de suponer, si se hace caso a los alcances de un acuerdo mafioso que quedaría roto, con los agravios a quienes se sienten traicionados.
En la mafia italiana, los códigos de honor por los que se regía la institución hace que el soplo fuera un pecado mayor que el asesinato y que la ineludible represalia fuera la muerte, tanto para los traidores como para los cargos públicos que se atrevieron a enfrentarse a la Cosa Nostra.
Las películas como ‘El traidor’ (2019), de Marco Bellocchio, recrea un atentado en el que la mafia hizo volar un puente por los aires para acabar con un traidor, un miembro prominente de la Cosa Nostra, Tommaso Buscetta.
Desde los juicios que en los años ochenta y noventa desmantelaron la mafia siciliana, persiste la idea de que la traición se paga con la muerte.
La película reconstruye el momento histórico en el que la Cosa Nostra dejó de ser una entelequia para destaparse como una estructura sólida, real y enraizada hasta el mismo corazón del Estado. Todo a base de una traición.
Las confesiones originaron el macrojuicio que llevó a la cárcel a la plana mayor de la mafia palermitana y corleonesa en los años ochenta y que originaron las traiciones de Buscetta.
Los alcances de una traición en el imaginario colectivo conduce a la violencia hacia el señalado.
Ahora bien, la fama de Enrique Toro Ferrer de ser involucrado en el homicidio del magistrado Enrique Pacheco Alvarez (https://imparcialoaxaca.mx/nacional/570943/pacheco-temia-por-su-vida-estaba-en-una-lista-negra-y-fue-asesinado/) perfila el tema de traición a un reducto de violencia sospechada.
A Toro Ferrer también se le vincula con la desaparición de campesinos e inhumación clandestina en Santa María Obispo, Tuxtepec, en 1990, cuando el acusado era subprpcurador de justicia (https://www.comitecerezo.org/spip.php?article2735). Esto hace suponer al abogado Toro Ferrer como un sujeto peligroso que no dudaría en castigar una traición con funestas consecuencias.
El periodista Enresto Rojas Ayuzo advierte con sus palabras el inevitable desenlace en contra del notario Urdiales, como lo identifica.
Por lo tanto es posible que una posible disputa que avizora el reportero termine con un hecho de sangre que es necesario prevenir, para deccartar cualquier omertá, o ley del silencio en el código de honor siciliano, que prohíbe informar sobre las actividades delictivas de alguno de los miembros.