Por Claudia Galguera
Como cada año para las y los Oaxaqueños, el mes de julio representa fiesta, color y alegría, así como el arribo a nuestra capital de miles de visitantes que vienen a vivir la Guelaguetza, en donde a través del baile, los trajes típicos y el compartir tanto el arte como las diferentes experiencias culinarias de nuestros pueblos originarios, se difunde la cultura milenaria de nuestras regiones en el estado.
Y ¿de cuánto es la derrama económica que recibimos gracias a esta celebración en Oaxaca?
En los últimos 10 años, la captación de ingresos a razón de la fiesta de la Guelaguetza ha ido en aumento año con año, exceptuando el 2020 en que se canceló por la pandemia de COVID 19, y el 2021 que se realizó de manera virtual; el 2022 y 2023 presentaron una notable recuperación y crecimiento en derrama económica debido a regresar de manera presencial, superando los niveles pre-pandemia, cerrando el 2023 con 500 millones de pesos en nuestra ciudad, según el informe de la Secretaría de Turismo.
Por tanto, estos datos reflejan cómo la Guelaguetza ha sido un motor económico crucial para Oaxaca a lo largo de los años, con impactos notables tanto en períodos de crecimiento como en tiempos de crisis.
La fiesta de la Guelaguetza es la gran oportunidad de mostrarnos a todo el mundo como una oferta auténtica y completa de destino turístico, obligada para cualquier viajero nacional e internacional.
Sin embargo, ¿estamos preparados para recibir a miles y miles de turistas? ¿Tenemos la capacidad en cuanto a servicios e infraestructura para seguir creciendo esas cifras?
Yo veo grandes retos, pero también enormes oportunidades alrededor de esta, la fiesta máxima de los oaxaqueños, que sin duda muchos emprendedores en el ramo de la hospitalidad, la restaurantería, los servicios turísticos en general, han aprovechado. Por supuesto, esto conlleva salir de las formas convencionales al ofrecer un servicio, ya que los viajeros cada vez exigen mayores niveles de profesionalismo.
El incremento del sector, así como las nuevas profesiones nómadas, obligan a la industria a adaptarse a las diversas demandas de las y los viajeros, desde aquellos con necesidades puntuales debido a su cultura o religión, hasta aquellos con capacidades diferentes que buscan accesibilidad en las instalaciones.
Los viajeros que buscan destinos como Oaxaca, en donde esperan encontrar cultura, tradiciones, gastronomía (catalogada entre las mejores del mundo), también esperan un estándar alto en cuanto a calidad de los servicios, y hay que decirlo, por aquí seguimos adoleciendo de los básicos como agua, calles en buen estado, seguridad, entre otro. Hay mucho por hacer desde los gobiernos, para que de verdad Oaxaca pueda seguir siendo ese excepcional destino que descubren los turistas, no solo por la gran riqueza que posee nuestro estado, sino por la seguridad al caminar sus calles y con los servicios básicos al llegar a su hotel.
De lado de los prestadores de servicios, la Guelaguetza también motiva a la creación de programas de capacitación para mejorar las habilidades de sus trabajadores, lo que a su vez aumenta la calidad del servicio y la empleabilidad a largo plazo, lo cual genera el crecimiento de la economía circular, es decir, que el dinero gastado por los turistas circula dentro de la economía local, beneficiando a una amplia gama de sectores y fomentando el crecimiento económico.
En conclusión, la Guelaguetza no solo es una celebración cultural significativa para Oaxaca, sino que también es un potente generador de ingresos para la región. La creación de empleos directos e indirectos en sectores como la hotelería, gastronomía, artesanías, y transporte contribuye significativamente a la economía local. Además, los beneficios a largo plazo en términos de desarrollo de infraestructura y capacitación profesional aseguran que el impacto económico positivo de la Guelaguetza se extienda más allá de la duración del evento; será tarea de todos preservar esta gran celebración por muchos más años, siendo esos grandes anfitriones preparados para recibir a turistas de todo el mundo, esperando que vuelvan a casa con momentos inolvidables al venir a un lugar tan mágico como lo es nuestro estado.