DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar
* Videos y fotos en redes sociales muestran la represión en el Senado con el polvo químico de los extintores contra estudiantes y trabajadores del Poder Judicial, y policías antimotines lanzaron gas lacrimógeno en la Casona de Xicoténcatl.
* Sin democracia no hay Estado de derecho, división de poderes ni libertad. Un Poder Judicial subordinado al poder presidencial, vía la elección de jueces y magistrados pierde por completo su capacidad de actuar con total imparcialidad.
La imposición antidemocrática de la reforma judicial marca un quiebre crítico en la historia de México. La represión contra los inconformes muestra el rostro real de la Cuarta Transformación.
Videos y fotos en redes sociales muestran la represión del resguardo de la sede Reforma del Senado con el polvo químico de los extintores contra estudiantes y trabajadores del Poder Judicial.
Posteriormente, se dio la represión de policías antimotines, lanzando granadas de gas lacrimógeno contra estudiantes y trabajadores del Poder Judicial que protestaban en la Casona de Xicoténcatl.
La agresión contra el derecho de manifestación son peligrosos signos de represión de la dictadura impuesta en la concentración del poder presidencial por la sobrerrepresentación legislativa.
La polarización crece exponencialmente, la confianza en las instituciones se derrumba y México enfrenta un futuro incierto, al convertirse la justicia en un instrumento del poder presidencial.
Mientras tanto, continúan en las calles, estudiantes, jueces, magistrados y algunos ministros acompañando en su lucha a trabajadores del Poder Judicial y ciudadanos indignados alzan la voz.
Las protestas masivas reprimidas muestran un gobierno tiránico dispuesto a avasallar sin escuchar. En vez de abrir el diálogo, se responde con represión, lo que solo profundiza el descontento social.
Además, se toman decisiones y acciones gubernamentales por algunos servidores públicos para reprimir a nivel nacional a medios de comunicación y periodistas por sus críticas, lo que es grave.
Recientemente, se informó de la salida de Televisa del periodista leyenda Jorge Ramos, conductor de noticiarios de Univisión, y que viene a sumarse al próximo exilio de Ciro Gómez Leyva a EE. UU.
Con la elección de jueces y magistrados en las urnas y la creación de un tribunal de disciplina, se socava una de las piedras angulares más importantes de la democracia: la independencia judicial.
Sin democracia no hay Estado de derecho ni libertad. Un Poder Judicial subordinado al poder político presidencial, pierde por completo su capacidad de actuar con total imparcialidad.
Como lo prescribe el autocrático Plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador estamos viviendo ya de lleno un gobierno sin contrapesos, incluso peor que el del viejo PRI del siglo XX.
La reiterada advertencia de enfrentarnos a una grave crisis democrática y constitucional, cuyas repercusiones aún no se han evaluado completamente, es ya una peligrosa realidad política.
Es profundamente alarmante que, por primera vez en la historia de México, la oposición en el Congreso de la Unión no tendrá el 33% necesario para presentar acciones de inconstitucionalidad.
La sobrerrepresentación oficialista anuló a la oposición en la Cámara de Diputados y el Senado perdió también la legitimidad para defender la Constitución, con acciones de inconstitucionalidad.
Esto deja al país en una situación alarmante, ya que la mayoría oficialista podrá aprobar leyes contrarias a la Constitución sin posibilidad de impugnarlas, con acciones de inconstitucionalidad.
La nueva SCJN ya no tendrá independencia al ser electa por el voto popular con perfiles politizados por Morena. Las suspensiones del juicio de amparo ya no tendrán efectos generales y, pronto los jueces tampoco tendrán independencia.
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila