CENTRO OAXACA/REDACCION
El secretario de gobierno, Jesús Romero López, se ha convertido en el más repudiado entre los propios funcionarios del gobierno de Salomón Jara, por sus intentos de querer formar un grupo que lo apoye en sus anhelos de gobernar Oaxaca.
En ese sueño guajiro, el aún responsable de la política interna del estado ha ido de fracaso en fracaso y de traición a traición, como él mismo se ha marcado su historia personal. En 2015 dirigió una campaña negra contra el hoy gobernante, cuando era el brazo derecho del senador Benjamín Robles Montoya, con quien pretendía gobernar Oaxaca bajo las siglas del Partido del Trabajo. En 2016, traicionaría a Robles Montoya por no ser tomado en cuenta en la decisiones político del PT.
Ese mismo año salió a la luz la principal traición: una grabación de audio subido a YouTube que exhibía los vínculos políticos entre Romero López y el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, quien lo bautizó como Charvelín y quien le recordaba las fuertes cantidades de dinero que le dio cuando fue gobernador. El audio revelaba que Ruiz Ortiz le enviaría el avión para que lo visitara en Quintana Roo para negociar una alianza política, a espaldas del senador y candidato petista.
Antes, el hoy secretario de gobierno ya había traicionado al Partido de la Revolución Democrática y hoy se desgarra la vestidura bajo las siglas de Morena. En política, el que traiciona una vez, lo hace siempre, lo que no ha tomado en cuenta Salomón Jara.
Respecto a sus fracasos, el más grave, que obligó la intervención del gobierno federal en Oaxaca, es el tema de seguridad, que a mala hora le dieron como responsabilidad junto a la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Karina Barón y el Capitán de Fragata, Iván García Álvarez. Aquella no tenía más experiencia que emerger de la Unión General Obrera Campesina Popular (Ugocp), caracterizada por la invasión de tierras en la Cuenca del Papaloapan. Hoy maneja un presupuesto de 355 millones de pesos para acciones de seguridad.
Es tanta la inseguridad que el funcionario hace malabares para tratar de calmar la percepción de que la guerra de los carteles delincuenciales ya llegó a los restaurantes, las calles y las carreteras del estado. Para sostener con alfileres la información de que somos un estado seguro, utiliza al sistema de comunicación social del mismo Gobierno, que coordina quien era su empleada desde el Congreso del Estado, Elizabeth Álvarez Acosta. Cabe recordar que a ella la colocó luego de traicionar al vocero oficial William Bautista López, a quien desplazó en 48 horas del gobierno.
Hoy colmo de la falta de seguridad fue la balacera en un restaurante de la colonia Reforma que dejó seis muertos. Le siguió al otro día el. Incendio de un auto en la carretera de Etla con tres cuerpos calcinados, la ejecución de dos hermanas triquis en la misma capital y una ola de asaltos y robos incontenibles en pleno Centro Histórico. Nuevas bandas de delincuentes operan bajo la contemplación del aparato de seguridad.
Pero lo que llamó la atención internacional y el regaño del gobierno federal al secretario de gobierno fue la desaparición de la defensora mixe Sandra Domínguez y su pareja Alexander Hernández. ocurrida hace 47 días, el 4 de octubre, y su desdén al caso. Romero López informó al gobernador que el caso sería por vínculos con la delincuencia organizada, apoyado por el fiscal a modo Bernardo Rodríguez Alamilla, lo que provocó el reclamo de la Federación y de organizaciones internacionales. El mismo Salomón Jara lo dijo en conferencia de prensa que esa línea de investigación sería dada a conocer a los medios de comunicación. Todo fue falso. Ayer, la familia retiró su plantón que llevaba 13 días frente al Palacio de Gobierno, debido a la insensibilidad del gobernante. Junto a la asociación civil Consorcio Oaxaca, la familia anunció que acudirán a instancias nacionales e Internacionales para exigir la presentación con vida de la abogada Mixe. Otra mala nota contra el gobierno de la “Primavera oaxaqueña” cortesía de Chucho.
Romero López fue observado desde el gobierno federal por su actitud misógina ante las agresiones a las mujeres. Tuvo que ser el mismo gobernador quien anunciara el 21 de octubre la separación del coordinador de Paz de la misma Secretaría de Gobierno, Donato Vargas, para ser investigado por la desaparición de la activista ayuuk.
La misma Sandra Domínguez denunció por el delito de amenazas a Donato Vargas, tras dar a conocer que era parte de un grupo de funcionarios públicos estatales y federales que participaban en dos chats en los que se violentaba sexualmente y cosificaba a mujeres indígenas. El funcionario era la mano derecha de Jesús Romero y por ello lo mantenía impune.
Pese al reclamo del gobierno federal, el titular de la Sego ha mantenido una presión a sus compañeros de gabinete para consolidar un grupo que lo apoye ante Salomón Jara como el perfil más idóneo para sucederlo.
En la víspera de los cambios que anunciará el gobernador del estado, Romero López traiciona así la confianza del gobernador, pues a contraorden hace grupisimo y en dado caso de rechazo de los integrantes del gabinete ordena campañas de odio y difamación.
Algunas víctimas de lo anterior han sido el secretario de administración Noel Hernández Rito, a quien la prensa rosa ha criticado las licitaciones y los gastos en eventos y beneficios para burócratas. Con ello, el secretario de gobierno intenta menoscabar la imagen del senador Antonino Morales, quien aún controla Administración y quien goza de mayor simpatía con Jara.
Lo mismo ocurrió con la secretaría de turismo, Saymi Pineda Velasco, a quien atacó con notas de su prensa pagada por el dispendio de recursos en las fiestas de la Guelaguetza, viajes y gastos de promoción del Estado. Todo porque la funcionaria desistió de participar en el grupo del “futuro gobernador”.
Otros funcionarios menores han sido obligados a pertenecer a esta célula del crimen político.
Este empeño enfermizo del secretario ha descuidado los temas de gobernabilidad y el más afectado es el tema de seguridad.
Esto al grado de que se le puede aplicar un diagnóstico de la situación de inseguridad que daba el 2 de marzo de 2018, cuando era diputado de Morena.
En ese entonces Jesús Romero se pronunció para que las autoridades tomaran medidas contundentes para garantizar la seguridad de las y los oaxaqueños.
“Advertí que se veía venir un tsunami delincuencial en el estado, por los síntomas que empezaban a desatarse en las regiones, y un fenómeno atípico en la capital y municipios conurbados”,
Luego de contextualizar que día a día son más vecinos y amigos víctimas de asaltos en zonas céntricas y robos a casas, Romero López, aseguraba que en repetidas ocasiones pidió al Gobierno del Estado tomara cartas en el asunto; sin embargo, el tema fue minimizado.
“Por eso es que exijo nuevamente al Gobernador atienda el tema con urgencia, creo que el Secretario de Seguridad Pública está rebasado en muchos sentidos, exijo paz, seguridad y justicia para las y los oaxaqueños, porque no podemos vivir así”.
“Se requiere un cambio de responsables y de estrategias, así como un diagnóstico serio, como el Atlas de Seguridad y Defensa, definir los puntos que requieren intervención y estrategias, no podemos lamentar más violencia, más robos, más crímenes y que los ciudadanos sigan padeciéndolo. Debemos recuperar la paz, la justicia y la seguridad de los oaxaqueños.”
Hoy, Romero López ve que no es lo mismo hablar que gobernar. Que sus apetitos de poder lo orilla a cometer intrigas y que la evidencia de su desprecio a las mujeres y la defensa a la impunidad de sus aliados le puede costar el puesto, al que llegó a base de traiciones.