DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar
* Al seguir la huella del dinero, el pueblo bueno y sabio enseña que: “Lo pendejo, lo rico y enamorado no se oculta, se presume a gritos”. Hay que “apretar” y “atorar” a los contadores que evaden impuestos y a los “factujuniors” que “lavan” dinero sucio.
* Es estúpido enfrentar al crimen organizado y a los cárteles del narco con megaoperativos posibles de ver a kilómetros de distancia y detectar con satélites chinos, amén de la infiltración de Centros de Control Comando y Comunicación C4 y los famosos C5.
La desaparición y localización de nueve cuerpos descuartizados, de cinco hombres y cuatro mujeres, en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, en San José Miahuatlán, obliga a reflexionar.
Es obligado hacerlo, además, por el enfrentamiento entre los secretarios de Seguridad Pública de Puebla, Vicealmirante Francisco Sánchez, y de Oaxaca, Capitán de Fragata, Iván Garcia Álvarez.
Las severas críticas no se han hecho esperar contra Oaxaca: “Se presume que podría tratarse de jóvenes de Tlaxcala reportados como desaparecidos entre el 27 y 28 de febrero pasados…”
“… y de los cuales las “autoridades” de Oaxaca, entidad peligrosa donde desaparecieron presuntamente “levantados” por un grupo armado en la costa de Oaxaca, tienen escasa información”.
No menos obligado es preguntar en términos de la jerga policiaca ¿de qué tamaño fue lo que se “comieron” los nueve jóvenes estudiantes de Tlaxcala, que los torturaron y descuartizaron?
La criminología y la criminalística tienen enfoques y prioridades diferentes, empero coinciden, sin embargo, en enseñar en el fondo que no hay crimen perfecto, ni siquiera los asesinatos de Estado.
La criminología se enfoca en entender los factores detrás del delito y buscar prevenirlo, la criminalística, recolecta y analiza pruebas para ayudar en el juicio y la condena de los delincuentes.
Hay, ciertamente, investigaciones imperfectas por omisión y negligencia, por corrupción y complicidad, por intereses económicos mezquinos o compromisos políticos inconfesables.
La lección de ambas ciencias, social, la criminología, y forense, la criminalística, es enseñar que al igual que en política en la delincuencia de todo tipo no hay perro sin dueño ni caballo sin jinete.
Procesos y procedimientos del trabajo de inteligencia enseñan que la estrategia más eficaz y eficiente para combatir al hampa común, organizada y de “cuello blanco”, es seguir la huella del dinero.
El principio base, al seguir la huella del dinero, deviene coloquialmente de la enorme sabiduría del pueblo bueno y sabio: Lo pendejo, lo rico y enamorado no se oculta, se presume a gritos. ¡Qué tal!
Y para tener éxito no hay camino más corto que “apretar” y “atorar” a los contadores que cuadran y evaden impuestos y a los “factujuniors” que “lavan” dinero sucio del crimen organizado y del narco.
Es la obligación legal de la temida Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dependiente del Sistema de Administración Tributaria (SAT), al que hay que respetar como a Dios. Claro, sin amarlo como a este.
Lamentable y dolorosamente las más de las veces la todopoderosa maquinaria de la Unidad de Inteligencia Financiera se mueve y funciona más por venganza política que por cumplir la ley.
En consecuencia, es una soberana estupidez de las políticas de seguridad pública e, incluso, en materia de seguridad nacional enfrentar a los sicarios en lugar de atacar a los dueños de los canes.
Es mayor estupidez enfrentar a los sicarios de las bandas del crimen organizado y de los cárteles del narco, mediante estrambóticos megaoperativos posibles de ver a kilómetros de distancia.
Más aún hoy con la utilización de sofisticada tecnología de geolocalización, mediante satélites chinos para detectar y vigilar de manera georreferenciada los movimientos de los operativos.
Además, por supuesto, de cámaras de videovigilancia camufladas en muchos casos en las instalaciones de los propios Centros de Control Comando y Comunicación, los famosos C4.
O bien, videovigilancia del crimen organizado y del narcotráfico montada en las instalaciones de los Centros de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano C5. ¡Imagínese!
Dejemos al final la mención de los drones, cuya uso es ya actividad totalmente normalizada y convertida, por tanto, en común y corriente, con precios cada vez más accesibles a los drones.
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