Todo para el turismo

0
115

ERNESTO REYES

Más que un periodo de reflexión para cumplir con la liturgia católica, la Semana Santa se ha convertido en una semana dedicada al turismo. Playas y lugares con esta vocación se atestan de visitantes como sucede en Oaxaca de Juárez, Puerto Escondido, Bahías de Huatulco y otras localidades que cuentan con cuerpos de agua o atractivos históricos.
La preferencia del turismo por encima de otra actividad productiva en el estado está provocando fenómenos como la gentrificación y turistificación que son motivo de críticas por parte de personas activistas y un sector ciudadano. Todo para el turismo y los capitales externos, parecer ser la consigna desde hace varios sexenios. En este afán están involucrados autoridades y prestadores de servicios turísticos, dejando un trozo muy pequeño de este pastel a la economía informal, sean vendedores ambulantes, comerciantes en pequeño, tianguistas, etcétera, que tienen a ciertas zonas como espacios para ganarse la vida de manera lícita.
El atropello, disfrazado de ordenamiento comercial a quien obstruya el panorama “bonito” ofrecido al turismo, no es privativo del estado de Oaxaca; la preeminencia a los grandes negocios del ramo, otorgándole privilegios y facilidades, es común en otras ciudades de la República.
Fue el presidente López Obrador el único que pudo entender que mientras se protegía a grandes contribuyentes que no pagaban impuestos o que si lo hacían aportaban menos al sistema tributario, logrando quitas y reducciones en asociación con autoridades, se estigmatizaba al ambulantaje como el causante de que el Estado no contara con recursos fiscales para cubrir necesidades públicas.
Es decir, se señalaba y golpeaba al débil y se protegía al poderoso, al que mediante tráfico de influencias y otros recursos, evadía su responsabilidad fiscal. Caso emblemático es el magnate Ricardo Salinas Pliegp, quien se ha negado a pagar multimillonarios impuestos, auxiliado por jueces y argucias legaloides.
Si bien el expresidente entendió esta circunstancia, quienes se dicen representantes del obradorismo o la Cuarta Transformación, hacen exactamente lo contrario. Atienden a sus propias agendas e intereses, como es el caso del municipio de Oaxaca de Juárez, gobernado en los hechos, por Noé Jara Cruz, hermano del gobernador del Estado, quien fue colocado en la segunda posición del gobierno presidido formalmente por Raymundo Chagoya.
A estos intereses pudiera obedecer la furia con que el pasado día 7 fueron desalojados integrantes del llamado Tianguis Cultural Libertad y Resistencia instalado hará casi dos décadas, después del conflicto social del año 2006, en inmediaciones del sitio en donde estuvo antiguamente el mercado del Carmen Alto. Los artesanos y expendedores de diversas manualidades, autodenominados autónomos, en temporadas turísticas se agregan al tianguis artesanal que instala el gobierno sobre el andador turístico de la calle Macedonio Alcalá.
El uso de contingentes porriles, identificados por los agredidos como integrantes de la Confederación Joven de México, escisión de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, conocida como (CATEM), hacen las veces de “autoridad” policial y se les ha visto asociados con funcionarios municipales y estatales. Son un peligroso actor que en el actual sexenio está siendo utilizado a fin de acallar y amedrentar protestas sociales, así como a toda aquella persona que obstruya los planes del gobierno estatal y en este caso del Ayuntamiento gobernado por el partido Verde Ecologista. Voceros y autoridades niegan dicha presencia, pero los hechos y las denuncias públicas los desmienten.
Estos grupos de choque realizan un trabajo sucio, recuperando espacios públicos, antes de que haga presencia la policía o cualquier autoridad, dejándolos exentos de alguna responsabilidad legal.
Algo de esto sucedió cuando, como ladrones en la noche, personas embozadas irrumpieron para desalojar a los llamados artesanos autónomos. Según relataron a diversos medios de comunicación, entre ellos Avispa Media, días antes ellos se habían reunido con el hermano del gobernador, quien les propuso la reubicación o convencer a líderes de las organizaciones -del tianguis artesanal oficial, se entiende- para que los dejaran vender.
“Los integrantes del tianguis se negaron a la exigencia del municipio de un pago individual de cinco mil 500 pesos. Esta cifra nos la dio Noé Jara en dos mesas de negociación; tres mil eran por el espacio y 2 mil 500 por una carpa. Pero solo nos emitirían un recibo de 500 pesos, sin justificar los cinco mil restantes”, dijeron a periodistas los integrantes del Tianguis. Hasta el año pasado, el gobierno municipal de morena les cobraba 400 pesos, señalaron.
Rotas las negociaciones, sobrevino el desalojo de media docena de puestos, con saldo de personas golpeadas y asustadas. Una medida para que no sigan afeando el panorama aledaño al templo de Santo Domingo, zona destinada, como el corazón del Centro Histórico, a la Semana del Turismo.
@ernestoreyes14
-0-