Con el objetivo de fomentar la lactancia materna en las clínicas y hospitales públicos y privados de México, la Secretaría de Salud alista modificaciones al Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios a fin de prohibir la práctica de promoción comercial de sucedáneos de la leche materna en las unidades de atención médica, y prohibir, salvo para casos de investigación clínica, la entrega de muestras gratuitas.
El proyecto de decreto, que reforma los artículos 146 y 147 del citado reglamento, fue sometido a consulta pública por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER) entre el 21 y el 29 de julio pasado y responde al Acuerdo del Consejo de Salubridad General tomado el 14 de marzo de 2013.
Dichas medidas, señaló la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, en comunicado de prensa, van encaminadas a eliminar la actividad comercial promoción de las fórmulas lácteas en las unidades de atención médica, y de ninguna manera restringen la comercialización de estos productos, mismos que se podrán seguir adquiriendo en el mercado por cualquier persona sin la necesidad de una receta médica.
Asimismo, estableció el documento, las fórmulas lácteas podrán seguir utilizándose en las unidades médicas en los casos en que el médico así lo determine, respetando en todo momento la decisión de las madres.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la lactancia materna es una de las políticas de prevención en salud que se debe de promover activamente por los gobiernos, debido a que ofrece, entre otros beneficios, el proporcionamiento de toda la energía y los nutrientes que necesitan los recién nacidos durante sus primeros meses de vida y sigue aportándoles al menos la mitad de sus necesidades nutricionales durante la segunda mitad del primer año y hasta un tercio durante el segundo año de vida.
Además, tiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasa. Proporciona las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas necesarias para el crecimiento de los bebés; proporciona los anticuerpos necesarios para desarrollar el sistema inmunológico de los niños; promueve el desarrollo sensorial y cognitivo, además de proteger al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas; reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía, y favorece un pronto restablecimiento en caso de enfermedad; es una forma segura de alimentación que resulta inocua para el medio ambiente y contribuye a la salud y el bienestar de la madre, ayuda a espaciar los embarazos, disminuye el riesgo de cáncer ovárico y mamario e incrementa los recursos de la familia.