Pedro Kumamoto, diputado local electo del distrito diez de Zapopan, Jalisco, emblema en México del candidato independiente que ganó una elección cuando el poder político de su estado pensaba que lo suyo era un mal chiste, opina que las candidaturas independientes pueden ser un medio, pero no la solución para el atolladero del pacto social por el que atraviesa el país.
En entrevista el legislador tapatío electo afirma que la verdadera solución es una mayor y total incidencia de una ciudadanía empoderada, de mujeres y hombres que se asuman y se lancen a ser esos reductos de dignidad que la vida pública del país tanto necesita
“Para esto no hay nada más un mecanismo, hay muchos. Puede ser a través de comunidades autogestivas, de un periodismo verdaderamente autónomo, puede ser apostándole a un empresariado social y verdaderamente responsable, y no a uno meramente extractivo. Apostarle a los colectivos de la ciudadanía y de las organizaciones de la sociedad civil”.
“Pero sobre todo a apostarle a generar una agenda concreta de la ciudadanía hacia los partidos y candidaturas independientes”.
“Tenemos que romper con esa lógica de que los partidos nos dictan la agenda, nosotros como ciudadanía tenemos que dictárselas”.
Pedro habla de que en su próxima gestión en la legislatura local de su estado espera hacer frente en el Congreso a diputados de partidos políticos establecidos, solo con el apoyo de una ciudadanía organizada.
El entrevistado asegura que no es peleando lo institucional contra lo no institucional como se arreglan las cosas, sino llevando a las políticas públicas lo que se manifiesta en las calles.
“Una legislatura no tiene ningún sentido si no va a las mayorías”.
Sobre Oaxaca y su desigualdad social, económica y de perspectivas, el candidato opina que acabar con la inequidad económica debe ser tema para cualquier gobierno.
“Construir mecanismos que sean eficientes con una verdadera rendición de cuentas, si eso no está sucediendo a las y los oaxaqueños les toca levantar la voz y plantear nuevas metodologías que vayan trabajando de la mano de la academia”.
Se le comenta que hoy Oaxaca cuenta con una legislatura pasiva que se destaca por su inmovilidad, con cuatro semanas sin sesionar, en el que ya no llegaron a la quinta solo porque se sacaron literalmente de las manos una sesión exprés de cuarto para las seis.
Con varias iniciativas pendientes, entre ellas la armonización de la Ley Educativa, la ley de transparencia, y la ley indígena.
Kumamoto considera que son demasiadas agendas prioritarias como para no estar haciendo nada. “Les diría que soy un órgano constitucional pensado para representar a la población, no pueden parar de trabajar hasta sacar adelante sus pendientes y los compromisos que ha hecho con la gente que los eligió”.
Kumamoto, de 25 años, asegura que no mira como lamentable el que hoy se le considere un político, pues siempre lo ha sido.
“Hay que reivindicar la palabra, el político no es el corrupto, esos son criminales y hay que llamarlos por su nombre. Las y los políticos somos los que facilitamos lo procesos de deliberación pública”.
Mira a la violencia y a la militarización desatada del país como asunto que solo se podrá tratar “a través del dialogo, del respeto de los derechos humanos y su estructura progresiva”.
En su paso por Oaxaca, afirma que mira a las pequeñas comunidades como esos lugares de donde pueden venir las grandes agendas y las grandes redes.
“Lo que sigue para mi es ver que hayan cambios dentro de la administración gubernamental. De sirve que yo sea diputado sino estamos modificando el estatus quo”.
“Si solo estamos validando practicas de un estado que ha sido injusto, que ha sido pensado para los menos, para legitimar los pequeños privilegios”.
Kumamoto afirma que si lo de la función pública no resulta como el planea, se replegara a los movimientos sociales, o a lo mejor se va a dar clases a una universidad o a escribir un poemario.
“El como incidir en el espacio gubernamental tiene que ser una pregunta constante, y esta no tiene que venir necesariamente de un cargo público”.
Como futuro funcionario contó que hará público su propio código de ética, donde por ejemplo estipulara que no le pueden hacer regalos mayores a dos mil pesos por persona al año.
“Si alguien me quiere regalar un viaje a las Bahamas no lo voy a poder aceptar al menos que me lo regale mi mamá”.
Comentó el candidato cuyo mayor argumento de denostación de sus opositores es que quería ser diputado y todavía vivía (y vive) con sus padres, y relató a un público casi juvenil en su gran totalidad, como su candidatura fue tramada entre un grupo de quince jóvenes de entre 18 y 25 años , que veía como urgente la necesidad de un sima en la política mexicana.
Enrolándose en una carrera titánica para conseguir cinco mil firmas en menos de 40 días para poder conseguir el registro de candidato independiente, donde el resultó el elegido por la única situación de que era el único del grupo que ya había acabado la carrera y obtenido un título profesional.
Kumamoto rechaza las voces que lo acusan a él y a su grupo de tener un padrino político, y dijo que si este existiera por lo menos les hubiera regalados unas gorras para evitar la asoleada que se dieron en la recolección de firmas.
“Nuestro propósito siempre fue el de reinventar la política, siempre tuvimos la certeza y convicción de que no íbamos a pactar con el poder”.
Pedro habla de que la primera tarea de campaña fue empezar a construir la legitimidad y la confianza, en un escenario donde otro de los candidatos independientes eran un payaso llamado Lagrimita que le daba 200 pesos a los chavos que le conseguían las firmas.
Señala que su equipo no fue uniformado con su nombre y que su estrategia primera siempre fue transmitir sus sueños y darse entender entre la gente , antes de asumir que la gente era la que no lo entendía.
Kumamoto invitó en su campaña a dejar la militancia del like de facebook o del retuit de Twiter, logrando en un solo día un total de mil firmas, para concluir obteniendo el registro de su candidatura con un total de ocho mil quinientas firmas, sin pagar un centavo por una sola de ellas.
“Fue un acto subversivo, sin pedirle permiso a quien siempre hay que pedirle permiso. Todos los días tocando puertas, sentimos que no lo íbamos a lograr. Pero una cosa teníamos clara, vamos a ganar o perder esta candidatura sin besarle el anillo a nadie”.
Pedro destaca que fue el propio pegacalcas de su campaña, con un poco mas de 18 mil pesos otorgados como presupuesto por el INE , a lo que se sumaron 240 mil pesos de puras donaciones
“No podíamos ser independientes en lo político, para ser dependientes en lo económico”.
El excandidato afirma que la campaña fue en cocheras, a ras de suelo, donde solo dos veces se subió a hablar a un templete, nunca basándose en la lógica del candidato ganador, del que de paso asegura que siempre vio esa ceremonia de levantarle al final la mano como uno más de los ridículos ceremoniosos de las campañas políticas.
“Hasta nos acusaron de que por nuestra culpa iba a ganar el PRI. Pero nosotros nos fuimos por la inteligencia de la calle, de las personas de a pie que tienen que sobrevivirla todos los días, la cual debería ser tomada más en cuenta que una columna de opinión”.
Kumamoto asegura que la clave del triunfo electoral fue utilizar la autenticidad, donde no habia dinero, pero donde a la vez lo que sobraban eran recursos. Con gente llevando sus playeras o sus banderas para que fuera estensileadas con el logo de la campaña, a la que según Pedro siempre se le aclaró que aun resultando todo triunfo, no se les iba a dar nada.
Hoy Kumamoto asegura que ni su directora de campaña tiene un puesto asegurado en el Congreso, y que su apuesta a los antimitines, con gente reforestando y limpiando la ciudad, finalmente tuvo un resultado exitoso.
“Los muros si caen” , fue uno de los lemas de campaña de Kumamoto , a lo que el candidato ganador apunta.
“Esos muros de cacicazgo, de partidocracia (a la cual el naciente funcionario identifica como el cáncer que lo ha y lo está pervirtiendo todo), de impunidad, de corrupción, si caen”.
“Nosotros hemos mantenido esos muros impolutos, está en nosotros el agrietarlos”.