Maestros oaxaqueños, entre la Reforma Educativa y el PTEO

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“Las bases están hartas y los brazos del sindicato siguen siendo muy largos. Por ejemplo en mi escuela, el principal defensor de la sección 22, es el director”.

Comenta una maestra de secundaria que pide que omitan su nombre verdadero. Prefiere que la citemos con el nombre de Martha.

“Yo como trabajadora, tengo que recibir órdenes de la dirección de la escuela. A los trabajadores, nos ponen entre la espada y la pared. Nos quedamos a la deriva. No hay quien defienda el trabajo verdadero”

Martha se refiere al forcejeo que se trae la sección 22 con el gobierno federal. Dónde primero les dicen a las bases magisteriales que entrar a dar clases el 24 de agosto, fecha pautada como el inicio del ciclo escolar en el calendario oficial, seria traición, y después mediante asamblea deciden no solo que si entrarán a clases, sino que lo harán cuatro días antes.

“Entonces, si el director está del lado de la 22 y se alía también con la representante sindical de mi escuela, pues vale madres”.

Expresa la profesora, con 18 años de experiencia laboral, quien refleja ya una mueca de hartazgo.

“Porque finalmente, el director también llegó a ése puesto por puntos sindicales, por participación sindical. No por capacidad”.

“Está triste el asunto. Hoy por ejemplo en mi escuela, los trabajadores comentábamos que deberíamos empezar con clases el lunes, como dice el calendario escolar, pero los jefes nomás no quieren”.

Se le cuestiona a la profesora que va a hacer el director de su escuela ahora que su sindicato ya no le pueda premiar su hoja de puntos.

¿Qué harán otros como él, ahora que ya no hay IEEPO? que les ponga estrellita y les dé un préstamo o les conceda un traslado en pago a su fidelidad sindical

“Pues seguir ahí, hasta que le toque presentar un examen de permanencia y se den cuenta que es un verdadero burro”.

Maestras ríe de buena gana, mientras observa que la Reforma Educativa del gobierno federal dice que la primera persona que va a evaluar a los maestros es el mismo director, cuestión que vuelve todavía más confusa la situación.

Sobre todo tomando en cuenta que el director de la escuela quiere el PTEO (Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca) porque esto es lo que quiere la asamblea estatal de la sección 22, y del que todavía tiene la esperanza de hacer pasar como ley educativa para el estado.

“El director me dijo hay que combinar ambos programas de estudio. Para que de esta manera, cumplamos con la 22 y para que también, cuando venga una supervisión del nuevo IEEPO, vean que estamos cumpliendo con la Reforma Educativa”.

Martha considera al actual escenario, con la sección 22 hablando de que aplicara en este ciclo escolar su propio proyecto educativo alterno, como “un mundo de simulaciones, donde los más jodidos somos los maestros que estaremos pariendo chayotes para mezclar los programas y que tendremos que adaptarlos. Además claro, de los niños.

La maestra observa que la dirigencia de su sindicato “está dando patadas de ahogado, pero nos está arrastrando a todos al desastre”.

¿Pero cuanto podrán durar estas patadas? y ¿qué o a quien van a patear en el tramite?

“No sé, espero que se acabe pronto. Yo, como muchos de los que integramos la base, ya queremos trabajar, ponernos a estudiar para aprobar los exámenes de la Reforma Educativa”.

Se le pregunta a la maestra si su actitud no está siendo entreguista con el gobierno federal, traicionando al movimiento sindical en el cual ha vivido durante 18 años.

Profesora se hunde en su sillón para llegar a la respuesta, pero una vez que la tiene se suelta como un torrente.

“El movimiento fue bueno en los ochentas, pero nada más. Después se convirtió en una mafia que apoyaba sólo a sus más allegados y que además le dio de comer y de buen viajar a diputados y aviadores de todo tipo”.

“Los ideales políticos se escurren ahora entre los dedos de los buenos maestros que no sé cuántos sean. Pero mientras tanto, el movimiento sólo sirvió, sobre todo últimamente, para empoderar a unos cuantos y volverlos ricos, millonarios y que se dieran la gran vida”.

“Estamos hartos de que nos presionen para ir a marchas, plantones y demás. Ya queremos trabajar”.

¿Y no temen entonces que de acuerdo al discurso de su dirigencia, la nueva ley educativa del gobierno federal, menoscabe sus derechos laborales?

“Claro que tememos que nos perjudiquen. Por eso ya queremos mandar el PTEO a la fregada. Ya basta con el PTEO, nunca nos lo supieron explicar”.

“Lo único que queremos es que se respeten nuestros derechos laborales, que no nos dañe por ahí el Gobierno. Pero de lo demás, estamos completamente de acuerdo en que, los ascensos y permanencia en el trabajo, se den porque somos capaces y tenemos el perfil de estudios y la preparación

“No porque marchamos y nos plantamos en el zócalo, eso es una basura. Ascender así, es una basura”.