En Ayotzinapa, lo que viene son los chivos expiatorios: Alejandro Solalinde

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“Lo que yo entendí desde el 22 de octubre del año pasado es que el Estado tiene que decir donde están los 43 normalistas, porque fue el Estado el que los desapareció. Eso está claro”.

Declaró el activista y sacerdote Alejandro Solalinde a propósito del reciente avance de investigaciones presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que se marca la verdad histórica promulgada por el Estado de que los 43 normalistas desaparecidos por cuerpos de el estado hace casi un año, fueron cremados en un basurero en Cocula, Guerrero, es materialmente imposible de haberse llevado a cabo.

“Tenía que venir un grupo interdisciplinario de extranjeros para que pudieran hacer una investigación objetiva”.

Consideró el también comisionado presidente de la Comisión de la verdad para los hechos del 2006 y 2007, comentando además que siempre  resulto increíble que  la noche de la desaparición forzada de los 43 jóvenes y la ejecución de otras seis personas, en  Iguala, Guerrero, el Ejército, la policía federal  y  estatal y los servicios de inteligencia del Estado, no reportaran nada.

“El gobierno ya entró a un callejón sin salida. Se le cayó su verdad histórica”.

Solalinde dijo que la CIDH “logró abrir puertas que estaban totalmente cerradas, como la policía federal y el Ejército Mexicano”.

 Además de ese quinto camión tomado por los normalistas, que nunca mencionaron las investigaciones oficiales, y del cual hoy existe la teoría de que transportaba droga, razón por la que 43 jóvenes habían terminado por ser desaparecidos.

“Ahora al estado no le queda otra más que aceptar todo esto y no meter reversa. Y muy posiblemente dar con el paradero de los 43 normalistas y saber que fue lo que pasó, estamos en camino de ello”.

Se le recuerda a Solalinde sobre sus declaraciones de hace menos de un año donde decía que algunos testigos de los sucesos que acontecieron la noche del 26 de septiembre en Iguala, le habían dados luces sobre el destino final de los 43 normalistas.

El sacerdote ataja y dice que no necesita que se lo recuerden,  de inmediato empieza a rememorar lo dicho hace un año, cuestión que llevó incluso a que algunos  de los padres de los 43 llegaran a confrontarlo personalmente.

“Me dieron la información seis personas, pero los testimonios que me parecieron más importantes fueron los del primer y último testigo”.

“Algunos de los normalistas habías sido llevados a una parte alta y posiblemente ahí los habrían quemado”.

“La responsabilidad del paradero de los normalistas la sabe la policía federal y el Ejército. Y creo que por ahí apuntan las investigaciones de este grupo interdisciplinario”.

Solalinde considera que los procesos de justicia en el caso Ayotzinapa,  se obstruyeron y se ocultaron, al grado en que tiene que haber ya el fincado de responsabilidades penales para  el exprocurador Jesús Murillo Karam, pregonero de esa “verdad histórica” que hoy se cae a pedazos.

“Y toda la cadena de mando, incluido Enrique Peña Nieto, quien estuvo informado de todo, por los equipos de inteligencia de la SEDENA, de Gobernación y de la Policía Federal “.

El sacerdote afirma que estos cuerpos  saben perfectamente cuál es el paradero de los 43 normalistas, sobre el como están y  el dónde están.

“Acá el problema no es si eso se va a saber o no, sino que chivos expiatorios van a buscar para salvar a los que tengan que salvar”.

“Salvando costos políticos, entre ellos el Ejército, pues la policía federal no podría estar más desprestigiada”.

Ante pregunta expresa, Solalinde dice que el no puedo saber si alguno de los 43 normalistas siguen con vida, el que lo tiene que saber es el Estado.

Dice que existe un testigo que vio que la policía federal y el Ejército estaban involucrados en las 43 desapariciones.

“Cuando le dije esto a Jesús Murillo Karam el 23 de octubre del año pasado a la una de la tarde, le di el nombre del joven”.

“Dijo, voy a entrevistarme con él para ver si quiere declarar. Nunca he visto que aparezca ni siquiera”.