Darle voz a las cenizas: 52 cuentos sobre Ayotzinapa

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Se llevo a cabo la presentación del libro Los 43, libro de cuentos compilado por el escritor Eusebio Ruvalcaba, que comprende las colaboraciones de 52 escritores, poetas y narradores.

Mostrar la ira con un padre nuestro que incluya nombres y apellidos, el perdonar a quienes nos matan, nos roban y nos empobrecen, el rostro sin rostro de un desaparecido, el no a la militarización del silencio y la mentira, el mover las sombras para que aparezcan los desaparecidos, el “que hagan su marcha, que piensen que los dejamos expresarse”, de los gobernantes,  el “aquí ya hablamos todos, que ahora hablen los cadáveres”, de los muertos y los reducidos a cenizas.

Todas son historias y tópicos sobre los que se desarrollan estos cuentos que hablan directamente sobre los 43 jóvenes normalistas desaparecidos por fuerzas de seguridad del Estado y del Crimen Organizado, hace un año, dos días.

“La ficción nos habla, la realidad nos mata” definió Bibiana Camacho, escritora y editora que forma parte del compendio, comentando además que su texto se encamina hacia la incomprensión desde el punto de vista del familiar de uno de los chicos desaparecidos que tiene que dejará su drama personal en la ciudad de México para ir a buscar donde quedo regada su propia sangre.

“No se me ocurría nada. A un año no hay una explicación coherente sobre lo que le sucedió a esos 43 muchachos“, consideró Camacho sobre una realidad cruenta que se diluye en sus espejos.

“La ciencia y los medios van confundiendo mas. Es hora que no sabemos nada, lo que hace este libro es comunicar está oscuridad incomprensible en la que nos encontramos”.

Definió el escritor y novelista Víctor Armando Cruz Chávez sobre la problemática que el libro donde él participa hace por abordar. A lo que una mujer de la audiencia que asistió a la presentación realizada en el Instituto de Artes Graficas de Oaxaca (IAGO), respecto al argumento de los escritores alegando confusión y un no saber qué está  pasando, consideró.

“No hay confusión, sabemos lo que está pasando, pero nos da miedo decir que estamos gobernados por el narco”.

“Sabemos que pasa,  se llama  impunidad, y aquí a quien le vamos a exigir justicia, ¿a quién está cometiendo los atropellos?”.

Observó otra de las personas asistentes, a lo que Bibiana Camacho comentó que hoy amigos de sus amigos han desaparecido, y que ese acto supremo de ser borrado nos puede pasar a cualquiera.

Por su parte, otra de las escritoras participantes en Los 43, Mahra Ramos, recordó que el libro también se incluye el cuento de un sicario, de un tipo que dice Dios lo ha de perdonar, pues mató a un chico pero Dios ya sabe como son  de imprudentes los adolescentes.

Sobre un matón, de la policía secreta que considera que le ha sido muy infiel a su esposa, pues ha violado a muchas mujeres.

Además de una obra de teatro sobre José Luis Abarca  y María de los Ángeles Granados, la pareja presidencial de Iguala, Guerrero, que fue ubicada en un principio por la verdad histórica de la PGR como los grandes villanos y autores intelectuales de las desaparición forzada de los 43.

De los cuales la pieza dramatúrgica presentada en el libro hace una descripción ficcionada a la que la PGR los sometió para arrestarlos y presentarlos como enemigos públicos capturados por la justicia gubernamental más expedita.

“Esto es un compendio imaginativo de dolor y recuerdos. Una manera de explicarnos que pasó y entender tanto horror. Porque lo que pensábamos que estaba horrible hace cuatro meses, hoy ya lo tumbaron, y lo que hoy vemos como terrible, lo superaran en unos meses”.

Comentó sobre el libro la también periodista Flor Hernández Ramos.

Por su parte, al ser cuestionado sobre qué puede hacer la literatura ante una realidad social y política que canibaliza constantemente cualquier intento de ficción, el poeta, editor y promotor cultural, Jesús Rito García consideró que los 52 cuentos de los 43, “son experimentos”.

“Una visión desde la personalísima postura. La literatura acompaña y es su función hablar de todo lo que le suceda al género humano.  Hubo un tiempo incluso en que los libros eran quemados”.

“En términos prácticos este libro no sirve de un carajo, pero si es un testimonio. La mejor ficción refleja mejor la realidad que la realidad misma”.

Definió Camacho, mientras Cruz Chávez dijo que aquella línea poética del fallecido José Emilio Pacheco, “no amo a mi Patria”, estaba hoy mas identificada que nunca en la psique del mexicano.

“Hoy vivimos una violencia hecha más violenta todavía”.

Concluyó, citando a Octavio Paz, el literato oaxaqueño, solo para desencantarse al final por la consolidación de una sociedad  mexicana crítica, donde la educación juegue un papel fundamental.