Una mañana en el delirio de Arcelia Ramírez

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 “Al principio de una carrera una debe marcar la línea por donde se quiere ir, y hacer las concesiones indispensables para poder vivir y ganarte tu vida”.

La incandescente mujer de Benjamín, la divorciada que busca emociones más fuertes de Cilantro y Perejil,  la Medea descarnada y ripsteniana de Así es la vida, la madre soltera abnegada pero que sabe ser una ojete de Perfume de Violetas.

Todas ellas están frente a un grupo de reporteras y reporteros oaxaqueños, que nos hemos dado cita esta mañana para platicar con el talento, el rostro y la voz que les ha dado vida, Arcelia Ramírez.

“Para escoger un personaje tengo que ver de qué manera está hecho, cual es su lógica, cual es el papel que juega dentro del objetivo de contar la historia”.

“Me enamoró de su universo, y lo acepto si su historia me dice cosas, si me veo en ella, si me fascina.  Aunque no tenga nada que ver conmigo”.

Arcelia Ramírez Coria cuenta historias y lo hace muy bien, como aquella que la llevó a coincidir con la legendaria actriz Rita Macedo, el día en el que está decidió darse un balazo.

“Iba a cobrar mi cheque de contrato de exclusividad con Televisa, y en la fila, justo detrás de mi estaba ella,  también había ido a cobrar el suyo.  Hicimos la fila para cobrar, ella estaba tranquila, serena, era una mujer normal en un día cotidiano”.

“En la tarde me entero de  toda las noticias sobre su suicidio y me doy cuenta de que una hora y media después de que la vi, se quitó la vida”.

Arcelia  compara esta serenidad del suicida con la primera secuencia de la cinta que protagoniza y  que ha venido a presentar a Oaxaca, Las Búsquedas, donde un hombre (el director teatral Martín Acosta) va por su ropa a la tintorería, se da una vuelta por la ciudad y al final, como si de un mero trámite se tratara decide accionar su revólver.

“Es como un cirujano que se mata de la manera más aséptica posible. El humor que hay en Las Búsquedas, es muy mexicano y particular”.

“Estamos viviendo en el Latinoamericano un crisol  cinematográfico, una panorama plural, de pasto, muy rico en términos de géneros, de temas, de tonos, de contenidos”.

Ramírez recuerda que cuando ella entró a finales de los ochentas a hacer cine en México la consigna, de un llamado Nuevo Cine Mexicano,  era terminar con el periodo de cine de ficheras, que desterró al público de las salas.

“Natividad de La mujer de Benjamín (1991) es uno de los primeros personajes femeninos que no era la mujer abnegada, ni la prostituta. Sino una chamaca que dijo ¿dónde está la lana? porque yo ya me voy de aquí. Es la historia de una migrante”.

“Aquella etapa fue un triunfo, se empezó a consolidar una generación de fotógrafos, de guionistas, de actrices, de actores, de músicos y de jóvenes directores, de gente que salían de las escuelas de cine, del CUEC y el CCC, que querían hacer las cosas de otra manera y querían hacerlo muy bien”.

“Esa efervescencia de hacer las cosas, contarlas y renovarlas, se hicieron más posibles todavía con los nuevos formatos digitales”.

“Sexo pudo y lagrimas y Cilantro y perejil en su momento fueron películas populares que se lanzaron a encontrar a un público”.

Arcelia habla de Francia, el país en el que se enamoró, vivió y dio a luz una familia, refiere que ahí se ha sabido defender  a la cinematografía local “frente a la invasión barbará de los norteamericanos”.

Habla de  tomarlo como ejemplo para  desarrollar una propuesta de legislación que garantice la exhibición cine mexicano en su propio país.

“Si seguimos con la lógica del dinero, el blockbuster norteamericano lo va rebotar siempre todo”.

Un reportero a la mesa, que no le quita los ojos de encima, se pone punk y le pregunta a la también miembro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, si realmente el cine mexicano le ofrece al público las variantes como para que se puedan casar con él.

Si realmente los cineastas mexicanos le han ofrecido al público mexicano  un cine con el que se puedan identificar. Si el culpar de todo a la aplanadora hollywoodense no es también un pretexto para no analizar que el actual cine mexicano también está lleno de vicios, de mafias.

Con versiones que señalan un discrecional tráfico de influencias y labor de cabildeo  entre los jurados de los fondos de producción gubernamentales que actualmente sufragan el noventa por ciento del cine que se filma en México.

Arcelia entra al instante y poco a poco en actitud de la Medea de Arturo Ripstein, revira en la apoteosis.

“Los cineastas mexicanos si están haciendo su trabajo, con las películas mexicanas siempre presente en los festivales internacionales, ganando premios”.

“Los directores que no fueron favorecidos  este año con los fondos de producción, lo van a pedir el siguiente año, y después el siguiente año, y se van a quejar y van a hacer una protesta, y después lo van a volver a pedir, porque es una obligación del estado, es el dinero de todos .No se van a cansar de pedir apoyo”.

“Lo que tenemos que hacer es una resistencia. Si el público está vinculado con este cine que estamos realizando, la vamos a hacer”.

“Las Búsquedas no es una película que está apoyada por el estado, es una película que está sufragada por un realizador, José Luis Valle , que dijo, quiero decir algo y lo quiero contar de esta manera”.

“No es necesariamente que  los mexicanos nos identificamos con el cine de Hollywood  con su humor soso y vacio. Con sus formulas que condicionan el gusto de la gente”.

“Es un problema de educación, ¿Pero cómo vas a educar al público? ¿Cuándo hay una invasión tan brutal?”

“La jaula de oro, Club Sandwich, Los insólitos peces gato, son películas magnificas que no tienen distribución porque su promoción no  te llega en la cajita de los Corn Flakes”

“Toda la basura que ya tiene el público, después de años y años de reventarle la conciencia y el buen gusto con películas de un tipo que dispara, dispara, dispara y corre, corre y corr
e”.

(Para estos momentos  Arcelia ya manotea sobre su frente y el reportero que le ha hecho la pregunta confesaría después que cuando la estaba escuchando, en su emoción no podía pensar otra cosa que un “¡no puedo creerlo, me está gritando Arcelia Ramírez!”)

“El peor error que puede cometer el cine mexicano es competir con estos artificios, con pirotecnias que nada tienen que ver con lo que está dentro de la condición humana. Nosotros no somos Hollywood”.

“Cuando yo entre al CUT, vi la primera película de Tarkovsky e iba un poco desvelada, me dormí Pero ya después dices a ver qué es esto, a la cuarte vez que la ves, tu alma ya está ahí”.

Arcelia reconoce entonces la labor Oaxaca Cine, quien trajo Las Búsquedas a Oaxaca como parte de su ciclo de cine mexicano, resalta su visión de formar públicos, de sensibilizarlos.

Otro reportero, con cara de que lo ha visto todo, le inquiere a Arcelia sobre su pasado de actriz protagonista de Televisa, la histrión de 48 años apenas se inmuta, pero renueva el aplomo.

“Trabaje en Televisa en De Frente al Sol (1992, la cual registró tanta audiencia que hasta le hicieron secuela, Más allá del puente-1994, en la cual Arcelia también estuvo incluida)”

 “Venia de estudiar en el Centro Universitario de Teatro (CUT) y estaba ensayando en ese momento para un montaje de Luis de Tavira, La noche de Hernán  Cortés”.

“Por la manera en que se hacen las cosas en este país, su poco presupuesto, los actores y artistas en general es muy difícil que trabajen solo de su quehacer artístico, tienen todo el tiempo que tener actividades paralelas para ganarse la vida”.

“Cuando me hablaron de Televisa, dije, van a ser veinte capítulos y voy a poder pagar la renta. No hay conflictos de otra índole, es una peripecia mental totalmente distinta. Actoralmente hacer televisión y hacer cine o teatro son cosas muy opuestas”.

“Hacer televisión es como ir al gym. Cuando llegue no eran veinte capítulos, era el personaje joven de la telenovela, un personaje que de hecho iba a hacer Adela Noriega”.

“Leí con el director, el maestro Miguel Córcega, una prueba, leí  todo de prisa . Salí y en dos minutos me dijeron, sí, es ella. Entras en una mecánica  de un mecanismo que si es una industria”.

Arcelia narra que al mismo tiempo que estaba iniciando De Frente al sol estaba por iniciar también  una gira por Sudamérica con la obra teatral.

“Me dije si no puedo hacer la gira de teatro no hago la telenovela.Ni le dije a mi mamá que me habían invitado a la telenovela, porque al final le iba a decir que no. La prioridad la tenía el teatro”.

“Carla Estrada, la productora, me apoyó y acomodó las fechas de la gira con la grabación. Fernando Balzaretti   (actor con quien compartía la obra e inolvidable para quien lo haya visto en acción) me dijo, ve haz tu telenovela y nosotros acá te vamos a desintoxicar” 

“En el primer llamado le tenía que decir a Erick del Castillo, es usted un malvado, un hombre sin corazón. Le dije a Córcega, Maestro, no sé si mi personaje sea de las que dicen malvado”.

“No, a ver  Arcelia, aquí tus prejuicios universitarios los dejas afuera. Acá tienes que entrarle al melodrama como tal, que se oiga bien, llena la palabrota: ¡Malvado!”.

Ríe la actriz mientras recuerda que Córcega no le dejaba ir ni una, “me decía, en esta escena ya hasta tu abuelita se durmió”.

“Pude tener una carrera mucho más explosiva, pero era evidente que yo  no quería ser una estrella de televisión”.

“Los productores de televisión me dejaron de buscar cuando le dije no gracias a tres telenovelas, porque estaba haciendo cine. Fui a filmar En un claroscuro de la luna (1999) a Rusia y cuando regresé me quitaron el contrato de exclusividad”.

Hablando de contratos Arcelia recuerda después que a raíz de su desnudo en La mujer de Benjamín le llegaron una gran cantidad de propuestas cinematográficas encaminadas a repetir la experiencia de las maneras más extrañas.

“Dije no”, aclara la entrevistada, a lo que un tercer reportero con cara de enamorado, complementa:  “hasta para revistas”.

“Para revistas las acabó de recibir hace poco y dije por supuesto que no. A la vejez, viruela”.

A estas alturas de la plática, la viruela de Arcelia Ramírez suena a algo de lo que hay que estar ya muy pendientes. Hermosa, hermosa mañana.