Fueron asesinadas siete mujeres al día en 2013 y 2014: Inegi

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Por: Proceso

Considerada como un patrón general arraigado en la sociedad mexicana, la violencia contra las mujeres prevalece en todas sus formas y lugares en todo el país: desde la discriminación laboral hasta los homicidios.

De hecho al dar a conocer las “Estadísticas a propósito del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer” el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que en promedio se estima que durante 2013 y 2014 fueron asesinadas siete mujeres diariamente en México.

Las mujeres son el blanco perfecto de la violencia, señala el análisis del instituto, ya que 63 de cada 100 ha sido víctima de al menos una agresión de cualquier tipo: emocional, física, sexual, económica, patrimonial o por discriminación laboral.

Los agresores pueden ser la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral, o personas extrañas.

“Ello muestra que las mujeres están sometidas a agresiones múltiples que se ejercen por muy diversos agresores, desde los más cercanos hasta por extraños o ajenos a su espacio y relaciones cercanas”, precisó el Inegi.

Sin embargo la expresión más brutal de la violencia, abundó, es aquella que pone en riesgo la vida de las personas y que en muchos casos tiene la intención de terminar con ella.

Feminicidios: fenómeno estructural

En el caso de las mexicanas, refiere el Inegi, en los últimos 15 años los homicidios están menos sujetos a los cambios de contexto o coyunturales e indican que se trata más de un fenómeno estructural que se ve afectado por las coyunturas pero no lo determina.

Es decir, los asesinatos de mujeres derivan de un patrón cultural y menos de los cambios de la violencia social por el crimen organizado.

Según los números dados a conocer por el Inegi, el panorama es el siguiente:

En el periodo de 2000-2014, se registraron 235 mil defunciones por homicidio, de los cuales el 11.2% fueron contra mujeres, la mayoría jóvenes entre 20 y 30 años. Mientras que la mayor parte de feminicidios entre 2012 y 2013 se cometieron en Guerrero, Zacatecas y el Estado de México.

No obstante el periodo de mayor violencia en el país se ubica entre 2008 y 2011 y los principales cambios se observaron en Chihuahua donde se disparó de una tasa de 15 a 75 defunciones por cada 100 mil habitantes en 2008 y alcanzó su nivel más alto en 2010 al llegar a 126 defunciones por cada 100 mil habitantes.

Más allá de los asesinatos la forma en cómo las mujeres son ultimadas deja al descubierto la debilidad institucional que prevalece en México pues ha abierto las puertas a la impunidad y magnificado la violencia a condiciones extremas.

Los datos muestran que las mujeres son asesinadas con mayor violencia o saña y que son ultrajadas con medios que producen mayor dolor.

En 2013 32 de cada 100 mujeres fueron ahorcadas, estranguladas, ahogadas, quemadas o lesionadas con objetos punzocortantes o a golpes con objetos mientras que la mayoría de los homicidios de hombres fueron con arma de fuego (65.2%)

Sin embargo de 2004 a 2013 la proporción de homicidios de mujeres con arma de fuego aumentó considerablemente al pasar de 28.8% a 43% en 2013.

“En este sentido los aspectos considerados para identificar un homicidio de un feminicidio, son que se trata de homicidios de mujeres que ocurren en circunstancias específicas y se perpetran con saña, pero sobre todo en condiciones donde el Estado y sus agentes no lo castigan, sino por el contrario existe impunidad ante estos hechos”, alertó el Inegi.

La situación va más allá ya que se trata de un conjunto de delitos de lesa humanidad que contienen los crímenes, secuestros y desapariciones de niñas en un contexto de fractura del estado de derecho.

De hecho el organismo presidido por Eduardo Sojo señaló que las mujeres asesinadas durante 2013 son predominantemente niñas, adolescentes y mujeres jóvenes: siete de cada 100 mujeres asesinadas eran niñas de 0 a 14 años.

Es decir una cuarta parte de las mujeres ultimadas tenían entre 15 y 24 años y 42% tenían entre 25 y 49 años; 17% eran mujeres mayores de 50 años.

Agresiones de todo tipo y en todo el país

Más allá de los homicidios las mexicanas son vulnerables a otros tipos de violencia como la emocional, sexual, física y económica.

Según el Inegi la violencia emocional es la que presenta la prevalencia más alta (44.3%) y es perpetrada principalmente por la pareja o esposo (43.1%).

Las agresiones sexuales han afectado a poco más de un tercio de las mujeres (35.4%) pero particularmente la que ejercen agresores distintos a la pareja y en sus distintas formas: intimidación, abuso o acoso sexual.

La violencia física está principalmente circunscrita a las agresiones de la pareja, señala el Inegi.

Otro tipo de violencia es la económica que es definida como el control y abuso económico por parte de la pareja; el despojo por parte de otros agresores y la discriminación en el trabajo ocurrida en el último año.

Otra forma de discriminación económica que en algún momento han enfrentado las mujeres se da al limitar sus posibilidades para ingresar o acceder a un trabajo requiriéndoles pruebas de embarazo con lo que se da por sentado que esta situación es un impedimento para que ocupen o permanezcan en un empleo remunerado.

El Inegi precisó que a excepción de una entidad en las 31 restantes más de la mitad de las mujeres residentes ha sido agredida de alguna manera y en al menos un espacio de su vida.

“La violencia contra las mujeres está ampliamente extendida en todo el país y no se trata de actos aislados sino de un patrón general, ya que aun cuando en entidades como el Estado de México, el Distrito Federal, Sonora y Baja California se observan las prevalencias más altas, todas están por encima del 50%”, concluyó el Inegi.