Por El Economista
La zona arqueológica de Chichén Itzá está en riesgo de perder el nombramiento como una de las New Seven Wonders of the World debido a los cientos de ambulantes que la han invadido, pues acosan al turista y han causado varios problemas a las empresas operadoras turísticas que comercializan los tours a la zona, aseguró Sergio González Rubiera, dirigente en Cancún de la Asociación Mexicana de Agencias de Viaje (AMAV).
El empresario dijo que la organización New Seven Wonders advirtió ya al gobierno de Yucatán que si no soluciona el tema del ambulantaje en la zona podrían retirarle el nombramiento que obtuvo en 2007.
“Nos preocupa mucho porque aparte de que sería una lástima que perdiera esta denominación, las agencias que yo represento en Cancún y Riviera Maya aportan 70% de los 2 millones de turistas que en promedio recibe Chichén Itzá anualmente”.
González Rubiera asegura que han tenido diversos incidentes, desde la agresión a empleados de las agencias que ellos representan, hasta la imposición de cobros extra a los autobuses que envían con turistas desde Cancún y Riviera Maya, además del ya cotidiano acoso a los turistas.
Sin respuesta
Desde antes de que se conociera la noticia sobre la advertencia de Seven Wonders, la AMAV ya había manifestado su inquietud ante el Patronato Cultur de Yucatán respecto de esta situación, con copia al gobernador Rolando Zapata Bello.
“Es un hecho que el gobierno no ha podido solucionar el problema pues hasta el momento no hay ninguna reacción por parte del gobierno del estado”, dijo González Rubiera.
El gobierno debe llegar a un acuerdo con los ambulantes para reubicarlos cuanto antes, porque el problema se ha dejado crecer a niveles insostenibles, aseguró.
Problema de peso
El número de permisos que ha otorgado el Patronato Cultur para ambulantes es de 600, pero el propio patronato reconoce que esa cifra está rebasada por mucho desde hace varios años.
Aunado a la AMAV, el Consejo Coordinador Empresarial de Yucatán ha alzado la voz, asegurando que está en peligro el patrimonio cultural de México al haber sido secuestrado por más de 1,000 vendedores ambulantes “que hostigan y presionan a los turistas”.
Al cierre de 2014, la mayor afluencia de visitantes a las zonas arqueológicas de Yucatán se registró en Chichén Itzá con 2 millones 111,875 visitantes, sólo superado por Teotihuacán en el estado de México con 2 millones 346,000.
El Sistema Institucional de Estadística de Visitantes del INAH reporta que tan solo en noviembre ingresaron 108,946 extranjeros con boleto pagado a Chichén Itzá.
Uno de los sitios más caros
El gobierno de Yucatán cobra una cuota adicional al cobro que aplica el gobierno federal por el acceso a los vestigios arqueológicos. En Chichén Itzá el cobro total para connacionales por ingresar a la zona arqueológica es de 141 pesos: 77 pesos que cobra el Patronato de Cultur, más otros 64 pesos que cobra el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En el caso de los visitantes extranjeros la cuota sube hasta los 215 pesos en total.
El patronato justifica el cobro aduciendo que han colocado infraestructura que consiste en paradores turísticos con baños, restaurantes, salas de exhibición, entre otros, que requieren mantenimiento. Sin embargo, no ha podido mantener bajo control al ambulantaje.
El INAH también cobra una cuota adicional de 45 pesos por el uso de equipos de videograbación no profesional.
Casos similares
En México, el programa Pueblos Mágicos que aporta recursos y promoción a las poblaciones que obtienen dicho distintivo también se ha enfrentado al tema del ambulantaje.
Chiapa de Corzo, Comala y Tepoztlán han estado en riesgo de perder el distintivo, ya sea por no poder regular el problema del comercio informal o por no poder cumplir con algunos de los criterios que observa este programa federal, tales como cableado subterráneo, armonización de las fachadas de los pueblos, entre otros.
